Muchos días sin escribirte. Lo se. Y me fastidia sobremanera enviarte mensajes electrónicos, aunque a veces le pido ese favor a Victorgé, pero me pasó lo que me pasó. Imagínate, le envió un texto mío, que era confidencial para ti, nada menos que al iméil de 'Tirofijo' (!). Como son tan organizados, me llegó esta respuesta aterradora con un propio de la guerrilla en Bogotá: "Sor Teresa Palacio. Gracias por el mensaje en clave que aquí muy bien hemos descifrado. Puede seguir llamándome Betty, que yo entiendo perfectamente. Me interesa me siga informando las cosas secretas de la Casa de Nariño y esté segura de que cuando haiga llegado a la presidencia de Colombia, su puesto está asegurado donde mismo está. Pertenece desde ya a la red urbana y por su bien, y el de la paz, destruya este mensaje tan pronto lo leiga. Manuel". Me puse de todos los colores y despedí al jovencito de cachucha que me trajo la esquela, con el mayor aturdimiento de mi parte, aunque no dejé de llevarlo al comedor para un cafecito con leche. Pero, como el pecado acobarda, me sentí traicionando el palacio y al presidente y no fui capaz de aclarar esta situación, de la que espero nadie se haya enterado. Qué sofocón, mija. Pero yendo a la verdad de los hechos, te cuento que me encuentro abrumada, así parezca indiferente a lo que me rodea. No quiero tampoco asustar a la niña, que me la confían por ratos, con tanta viajadera. También me dan a guardar, cada rato, los teléfonos de Galán y Torres, los de Itagüí. Que guárdelos, que démelos otra vez, que téngalos por unos días. No, por Dios, qué falta de seriedad. Estos muchachitos (los de Casa de Nariño) parecen estar a la buena de Dios. Yo ya no se los encomiendo a Cristo Rey, sino al Angel de la Guarda, que es como más muchacho.Muchos aquí creyeron que yo había tenido algo que ver en la embarrada del sábado hizo ocho días. Figúrate, como una es religiosa, entonces piensan fácilmente que yo tengo línea con el cardenal Castrillón y que soy, pues, la que transmito al presidente cuanto pálpito tiene Su Eminencia en materia de paz. Que van a devolver a los secuestrados, que sin pagar un centavo, que es seguro, que se lo dijo monseñor Stehle.En ese caso, yo habría sido la responsable de la metida de pata de Andrés, unas horas apenas de haber descalificado a esa guerrilla, y por supuesto, de haberles retirado los teléfonos a los de Itagüí. Ahí lo vi, al día siguiente, en la televisión, sin corbata, dando la buena nueva de la liberación sin pagos, de acuerdo con las seguridades que le había dado el papabile (reíte, pues) y las que a éste le había dado el obispo alemán, que, según me cuentan, es un santito.No, no. Aquí entre nos, un presidente no puede dar esa apariencia de estar llevado de todas las consejas, por eclesiásticas que ellas sean. Aparte de que al ELN no hay quién lo entienda, ni tienen un mando unificado, ni parecen ser todos igualmente crueles, se mezcla la ingenuidad clerical y, de otro lado, la sumisión del presidente a los obispos. Lo que en otras circunstancias estaría muy bien. Pero aquí alguien está perdiendo el papado y otros la credibilidad.Yo sigo creyendo que Andrés por algún lado se saldrá con la suya y conseguirá un arreglo importante con un sector. Y ya será algo. Muchos secuestrados serán devueltos, sabe Dios en qué condiciones sicológicas, y mermará esta práctica infame. Pero necesitará mucho coraje para trabajar por la paz, mientras todo el establecimiento le hace la guerra. No lo quieren, ¿sabes?Yo sigo tejiendo y mirando por encima de las gafas, como María Mercedes Carranza, aunque no lo hago por pose, porque yo de poeta pocón, mija, Sin embargo, soy la única en la casa que ve amanecer en Bogotá, con ese rosadito en las mejillas. Es la aurora y ocurre sólo entre las cinco y 20 y las cinco y 40 de la 'madrugada'.Imagínate que una niña nació cuando el bus en que viajaba su madre cayó en uno de los huecos de Peñalosa. El alcalde fue a conocer la criatura, a la que bautizaron Valentina, como la mía, digo, como la de Nohrita, y prometió que hará una estación del metro con ese nombre y cerca de la casa de la recién nacida. Tan optimista y tan transmilenio que es.No más, querida Betty. Este drama que vivimos tiene varios actos y cuando unos salen a escena se esconden los otros, entre los bastidores. Ahora les toca a los que secuestran en misa (por mi parte, yo oigo la misa en palacio, en la capilla de Lorencita). Pero ya las Farc están emboscando la tropa en Córdoba y contando sus triunfos en vidas de jóvenes colombianos, a quienes la patria sólo les dio la muerte. Oremos