Se trata de Aisha Gaddafi, hija del líder libio Muammar Gaddafi, quien fue para Estados Unidos el Ben Laden de los años 70 y 80. Aisha es una atractiva rubia de 26 años, abogada de la Universidad de Trípoli, con un doctorado de la Sorbona y profesora de derecho. "Aisha nos llamó para unirse al equipo y le dimos la bienvenida", reveló Mamad Rashdan, jefe del equipo de abogados. La joven siempre ha sentido un aprecio especial por el derrocado líder de Irak. Encabezó una campaña contra el embargo económico a ese país e incluso en 2000 viajó a Bagdad para llevar ayuda humanitaria y reunirse con Hussein. Según Rashdan, la joven "ama a Saddam como a su propio padre".