Como suele suceder, la cumbre de Rio de la semana pasada produjo mejores oportunidades fotográficas que resultados concretos en cuanto a la integración entre el Viejo Continente y América Latina. Pero a pesar de que la declaración final no fue tan explícita como se esperaba en cuanto a la integración comercial y al apoyo al desarrollo, la reunión pasará a la historia como el primer intento colectivo de los europeos por aproximarse formalmente a América Latina por fuera de la influencia de Estados Unidos.