El periodista que le entregó el narcocasete a Pastrana lo recibió directamente de manos de funcionarios de algunos organismos de inteligencia de Estados Unidos que conjuntamente con autoridades colombianas, comenzaron a rastrear hace un año los teléfonos de 200 personas vinculadas con los hermanos Rodríguez Orejuela, entre ellas Alberto Giraldo. Estos cuerpos de inteligencia alcanzaron a grabar 800 horas de conversaciones telefónicas.