La séptima ronda de 'negociaciones' del TLC Andino se desenvuelve en un contex,to internacional algo distinto al de las rondas previas. Cabe preguntarse si los equipos negociadores están al tanto de estos cambios y se han preparado para redireccionar las peticiones y cesiones en los diferentes sectores objeto del TLC con Estados Unidos. China y las manufacturasDesde el primero de enero de este año China tiene vía libre para vender todos los textiles que pueda en Estados Unidos. De hecho, todos los países miembros de la OMC pueden vender entre sí sus textiles y confecciones sin obstáculos. Expertos de la OMC consideran que los grandes vencedores de esta liberalización serán China, India y Pakistán. En Colombia, donde este sector representa el 8 por ciento de las exportaciones, el temor se centra en dos aspectos: el ingreso de los productos chinos al mercado local y el desplazamiento de nuestros productos, particularmente en el mercado de Estados Unidos. Fuentes del sector en Colombia señalan que los costos de mano de obra se han incrementado en un 44 por ciento, lo que ha hecho desplazar parte de la producción, que se hacía en Colombia, de firmas como Levi's, Gap y Polo a países centroamericanos y del sureste asiático. Y para empeorar las cosas, si queremos competir con China debemos reducir los costos en un 15 por ciento, lo que resulta bastante difícil. Antes de la liberalización, la participación de las importaciones de Estados Unidos era del 70 por ciento para Latinoamérica y 30 por ciento para Oriente; ahora se prevé un cambio radical en esa composición. La proporción se invertirá. Para este sector (algodón-hilos-textiles-confección) que genera 350.000 empleos, 60 por ciento de ellos en la confección, un cambio en la participación de mercado sería dramático. OMC vs. TLCActualmente estamos en dos procesos de negociación: por una parte tenemos las negociaciones de la OMC y por otra, el TLC con Estados Unidos. Si en los dos procesos se negocia lo mismo, entonces ¿por qué tener los dos? Paradójicamente, los temas que perjudican a Estados Unidos se negocian en OMC (proceso más lento) y aquellos que perjudican a Colombia, en el TLC (proceso mucho más expedito). Según la Unctad (Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo), Estados Unidos ya está trabajando en mecanismos para proteger sus sectores sensibles de los impactos negativos provenientes de las negociaciones de OMC que se espera se den en 2010. ¿Nosotros sabemos qué vamos a hacer con los sectores que salgan perdiendo en 2006? En el marco de la OMC priman los principios de solidaridad, promoción del desarrollo y trato equitativo a los países más atrasados reconociendo las asimetrías comerciales. En el TLC se negocia de igual a igual en donde priman los intereses comerciales; ¿cuál será el que nos beneficia más? O, mejor, ¿cuál nos perjudica menos? Gradualidad y asimetría en el TLC El ministro de Comercio es consciente de que para una correcta inserción en el mercado norteamericano son esenciales la gradualidad y la asimetría. La gradualidad entendida como la necesidad de hacer la liberación escalonada de sectores productivos basados en sus ventajas y desventajas competitivas. La asimetría, según el ministro, debería ser manejada a través de los tiempos de ingreso. Él explicó que lo importante es lograr que los tiempos de ingreso para los productos colombianos sean inmediatos o menores a los tiempos de ingreso de los productos estadounidenses. Veo algo de complicaciones en el manejo de la gradualidad y la asimetría. El punto es que en el TLC hay algo más en juego que las relaciones comerciales. Justo en la semana de las negociaciones del tratado, el presidente Bush solicita aprobación de ayuda adicional para el Plan Colombia por 700 millones de dólares. ¿Será algún mensaje subliminal? De otro lado, ¿tenemos los mecanismos para imponer la gradualidad? Y, más aún, ¿conocemos en detalle nuestras ventajas y desventajas competitivas por sectores? Estando supeditados a las ayudas externas (Plan Colombia), no creo que podamos imponer un sistema gradual de desgravación que nos sea medianamente favorable. Además me parece irresponsable pensar que las asimetrías de la negociación se manejen a partir del 'control de tiempos de ingreso'. Los economistas saben que los impactos positivos y negativos sobre un sector afectan necesariamente a otros y que en el mediano plazo no se puede hacer milagros en una estructura productiva como la nuestra. ¿O será que por vender primero confecciones, calzado y otras manufacturas vamos a sustentar los impactos negativos en sectores como el de cereales y el avícola? ¿O con los ingresos percibidos por frutas y flores podremos seguir pagando bienes de capital intensivos en tecnología? Para ilustrar lo anterior tomemos el caso mexicano. Entre 1994 y 2002 se crearon 630.000 empleos en el sector manufacturero, 70.000 empleos por año, y con el desplazamiento de mano de obra del sector agrícola debido a la liberalización hubo 730.000 personas en búsqueda de empleo anualmente. Para resumir, el sector manufacturero generó tan solo el 9,6 por ciento de los nuevos empleos requeridos por efectos de la liberalización. Bien vale la pena preguntarse cuáles son los planes de contingencia que tiene el gobierno diseñados para hacer frente a los desequilibrios (empleo - ingresos) que se generarán sectorialmente; Estados Unidos ya lo está haciendo y sus impactos serán en 2010. * Consultor internacional y docente universitario