Desde hace un año los niños arhuacos, de la Sierra Nevada, no van a la escuela. Por esta razón, 60 hombres y mujeres de la comunidad viajaron la semana pasada a Bogotá a entrevistarse con el Presidente. Vinieron representantes de todos los cabildos, dispuestos a sentarse frente a la Casa de Nariño y no pararse de allí hasta lograr audiencia.Su petición era simple: buscaban que quienes eduquen a sus hijos no los arranquen bruscamente de sus costumbres ni los obliguen a olvidar su religión y su lengua. "Los arhuacos sabemos que tenemos que educarnos y capacitarnos --dice Bernardino Alfaro, viejo dirigente indígena que ha logrado reconocimiento nacional-- y para esto solicitamos y aceptamos ayuda. Pero nécesitamos que entiendan que tenemos que educarnos de acuerdo con nuestras creencias y valores. Queremos que nuestros hijos aprendan español, pero también nuestra lengua, el ika; queremos aprender la historia de Colombia y de todos los países del mundo, pero también la de la gente de nuestra raza, que es antigua, respetable y digna".Los misioneros capuchinos están oficialmente comisionados por el gobierno nacional para educar a los arhuacos. Durante años lo hicieron, hasta que los indígenas se cansaron de que desconocieran su reiterada solicitud de que la educación fuera bilingue y que no atentara contra la tradición cultural y religiosa de la comunidad. El 7 de agosto del año pasado, los indígenas ocuparon la misión capuchina, obligando a salir de allí a los religiosos. Desde entonces, se cerraron las escuelas de la Sierra y más de 3.000 niños se quedaron sin estudiar.La fórmula que los 60 arhuacos vinieron a proponerle al Presidente es la misma que han buscado desde hace años: que los educadores sean personas que provengan de la propia comunidad, debidamente capacitados en los centros urbanos, y puestos al tanto de los métodos educativos modernos.Aunque no pudieron entrevistarse con el Presidente, lo hicieron con el secretario de la presidencia, con el ministro de Educación y el de Agricultura. "Nos vamos contentos", dijeron, antes de emprender el largo viaje de regreso a sus tierras.--