En su informe final, los investigadores de la Guardia Costera y de la Oficina de Administración de Energía Oceánica dijeron que la petrolera británica BP tomó decisiones que aumentaron el riesgo y que el contratista Transocean malinterpretó un estudio clave previo al masivo derrame de petróleo del 2010. La posibilidad de un derrame hubiera sido menor si los trabajadores de BP, Transocean y la empresa de servicios petroleros Halliburton hubieran actuado con más cautela. Reuters