Desde el escándalo de los mal llamados 'falsos positivos', el país y sus fuerzas militares no sufrían un episodio de semejantes proporciones, en torno a la muerte de civiles y donde el presunto responsable es el Ejército. Tristemente, esa dolorosa escena retornó a los titulares de prensa, y aunque los hechos aún son materia de investigación, las primeras versiones apuntan a que soldados del batallón Pichincha, adscritos a la Tercera Brigada del Ejército, tendrían alguna responsabilidad en la confusa muerte de un joven motociclista. Aunque los hechos ocurrieron el pasado viernes 26 de septiembre a las 8:30 de la noche, solo hasta este lunes las autoridades hallaron el cuerpo sin vida del motociclista, muy cerca al sitio del incidente con los militares. Pero la historia tomó otro rumbo cuando se supo que había un sobreviviente del ataque y que en su versión señala a los soldados como presuntos responsables. Precisamente, este martes se supo que el Ejército separó de sus cargos a los 30 uniformados que integraban el pelotón involucrado en el caso donde murió el motociclista y la Defensoría del Pueblo pidió que el proceso sea asumido por la justicia ordinaria. Lo cierto es que hoy el testigo estrella de ese hecho es protegido por la Fiscalía. ¿Pero, qué fue lo que pasó?. Semana.com conoció los detalles que el sobreviviente le entrego a su señora madre, Amanda Zapata, sobre lo que pasó esa noche. El caso ocurrió en la vereda El Chamizo, un caserío ubicado a escasos 15 minutos del casco urbano de Guachené, al norte de Cauca. Guachené es el mismo municipio que este año motivó la solidaridad de los colombianos, tras conocerse del secuestro de la hija de un comandante de policía. Por fortuna esa trágica historia terminó bien, con el rescate de la pequeña sana y salva. Pero ahora no ocurrió lo mismo. El viernes 26 de septiembre los amigos Jhon Jeiber Mina Guazá, de 27 años y trabajador de un reconocido ingenio azucarero de la zona; y Rolcy Villegas Zapata, de 21 años, carretillero de profesión, se movilizaban en una motocicleta por las vías veredales de Guachené. Eran las 8:30 p. m. y venían de Miranda, otro poblado de Cauca, donde cada uno visitaba a su respectiva novia. Pero cuando transitaban por la vereda El Chamizo, justo al frente de una prestigiosa hacienda llamada Potrero Verde, recibieron una voz de mando que les ordenaba detenerse. “Mi hijo dice que escucharon cuando les gritaron que pararan y así lo hicieron; luego los requisaron; pero cuando arrancaron de nuevo, empezó el estruendo de los disparos”, detalló la señora Zapata. Todo indica que ante el presunto ataque los dos jóvenes se lanzaron cada uno a un costado de la vía, pero la peor parte la llevó Jhon Jeiber, quien conducía la motocicleta y quedó tendido a un costado de la carretera. Por su parte Rolcy intentó escabullirse pero finalmente fue capturado por los soldados, “él me cuenta que mientras les rogaba que atendieran a su amigo, recibía patadas y puños y le decían que ya no había nada que hacer porque estaba muerto”. Según la madre del joven sobreviviente, éste le contó que cuando era llevado por el sector del incidente y escoltado por un soldado, “logró escaparse; tuvo que meterse a un río y a eso de las 11:00 p.m. llegó a casa de Jhon Jeiber a contar lo sucedido”. Otro hecho confuso que se añade a esta historia, es el procedimiento de levantamiento del cuerpo del joven Mina. El secretario de gobierno de Guachené, Óliver Abonzá, explicó que si bien el cadáver fue hallado a las dos de la tarde de este lunes, “se tuvo que suspender esa labor hasta las 7:00 p. m., porque llegó la orden que el procedimiento lo haría un fiscal especializado de Popayán”. Mientras tanto en la vereda El Chamizo, donde vive buena parte de la familia del motociclista muerto, exige justicia y que no haya impunidad, “solo pedimos que la investigación no sea manipulada y respeto por la vida de mi otro sobrino sobreviviente”, dijo a este portal Miguel Ramos, tío de los dos jóvenes implicados en el hecho. En declaraciones a Blu Radio, el coronel Jorge Iván Monsalve, comandante de la Tercera Brigada del Ejército, enfatizó en garantizar la transparencia de la investigación y recalcó que la primera instrucción que se impartió fue la de realizar pruebas de balística para establecer si las armas de los soldados fueron disparadas la noche del incidente. Los 32 hombres de la unidad militar involucrada están siendo investigados. Sin duda se trata de un caso judicial bien complejo, no solo por la indefensión de las víctimas, sino porque la región donde ocurrieron los hechos, es precisamente una de las más convulsionadas por cuenta del conflicto armado contras las FARC y las bandas criminales.