SEMANA: Algunos críticos califican su último libro de "joya literaria". Debe ser extraño recibir ese halago sobre una obra que narra un holocausto...JON LEE ANDERSON: Si el halago significa que un lector ha sentido a profundidad lo que narro en el libro, que si es una realidad cruenta, me siento bien.SEMANA: ¿Qué lo impulsa a usted para escribir sobre las guerras?J.L.A.: La guerra es muchas veces el eje de la historia, y lo ha sido desde tiempos remotos. Si bien es la alteración violenta, hasta una especie de perversión del comportamiento humano, es una experiencia universal, y siento que no podemos estar ajenos a ello. SEMANA: ¿Cuál es la fuerza que lleva a un periodista a ir a Irak? ¿A un escenario donde hay una alta posibilidad de terminar muerto?J.L.A.: No hay respuesta concisa a esta pregunta. Es un cálculo de riesgo, supongo, con una mezcla de compulsión y de sentimiento. Pero, yéndome al terreno periodístico: Irak es el hoyo negro en el mundo actual. En Irak se está definiendo, por bien o mal, un trozo inmenso de nuestro futuro. SEMANA: ¿El mundo realmente qué tanto sabe de lo que hoy está pasando en Irak?J.L.A.: Hay una gran parte de lo que está sucediendo en Irak que ni lo comprenden los mismos iraquíes. Es como si una gran caja de Pandora se haubiera abierto, y nos afecta lo que sale de la caja, pero a la misma vez nos deja a ciegas, y no podemos alcanzar a ver lo que está dentro, en el fondo de la caja. SEMANA: ¿Cree usted que Irak tiene futuro?J.L.A.: Un futuro sí, eventual, como todos los pueblos, pero aunque llegue a una estabilidad relativa dentro de unos años, este baño de sangre dejará una huella profunda y será por mucho tiempo una sociedad enferma, con muchos clavos que sacar. SEMANA: Usted es un periodista que siempre habla de honestidad. Brevemente, ¿qué significa esta palabra y cómo influye en su oficio?J.L.A.: La honestidad significa, aunque duele, contar la verdad de lo que uno vea y comunicarlo; es el deber sagrado del periodista. Si no, entonces, uno es propagandista o publicista. El periodismo no es algo que se debe vender, no se debe traficar con la verdad.