El triunfo electoral del candidato Ehud Barak, del Partido Un Israel (conformado, entre otros, por el laborismo), hizo renacer las esperanzas de conseguir una paz duradera con los palestinos. Barak, un héroe militar cuyo mentor político fue el asesinado primer ministro Yitzhak Rabin, se convirtió en primer ministro con la promesa de alcanzar una paz duradera con los palestinos.