Johan Steven, el hijo de 13 años del sargento mayor del Ejército José Libio Martínez, que fue asesinado este sábado tras casi 14 años en poder de las FARC, lamentó el domingo en Bogotá la muerte de su padre y pidió al grupo armado que deje las armas. "Señores de las FARC, ustedes ayer, 26 de noviembre, me rompieron las alas, me rompieron el anhelo de conocer a mi padre personalmente, de darnos ese abrazo tan anhelado por 13 años, 11 meses y cinco días", así se expresó Johan Steven ante los medios de comunicación. "A mi padre le quiero decir que lo quiero mucho, que desde el cielo, me mande mucha fuerza, mucha fortaleza", y añadió: "te quiero mucho y no te olvides que desde acá te estoy apoyando, y yo sé que tú desde allá me vas a estar enviando tu bendición y me vas a estar guiando por un buen camino". El niño nació tres meses después de que la guerrilla tomó la base militar de Patascoy, en el departamento de Nariño, el 21 de diciembre de 1997, motivo por el cual nunca conoció a su padre. Durante su cautiverio, padre e hijo pudieron enviarse mensajes, sirviéndose de las pruebas de supervivencia o a través de cartas que el menor enviaba a los garantes en cada uno de los procesos de liberación de otros secuestrados, así como en apariciones en medios colombianos e internacionales. El ya adolescente reclamó la libertad de su padre por todos los medios: unió su voz a la del cantante colombiano Juanes y hasta caminó más de 100 kilómetros desde el municipio de Ospina hasta Pasto, la capital de Nariño. El último mensaje de Martínez llegó de manos de la exsenadora liberal Piedad Córdoba, en agosto del 2010, en un video en el que le dijo a su hijo: "Para mí usted es la persona más importante en este mundo. Cuando era niño fui buen estudiante, tuve medalla de honor, eso espero que le sirva de motivación". Johan Steven llegó a la rueda de prensa de la mano de su madre y su hermana. EFE