A comienzos de mayo las autoridades colombianas recibieron una información que las alertaba sobre el envío de unas armas en avión para las Farc. Una coordinada labor de inteligencia, en la que participaron varios países, permitió seguir a una aeronave que voló por medio mundo y que, por fin, entró a territorio colombiano. Las autoridades estaban listas para entrar en acción pero el vuelo siguió de largo y aterrizó en Lima, donde desembarcó cientos de juguetes para niños.