Nadie imaginaba que una caída en una sesión de fotos desencadenaría en este resultado fatal. Ella misma pensaba que todo iba a salir bien. En su cuenta de Twitter escribió: “Me pellizqué un nervio del cuello en una sesión de fotos y me fue ajustado esta mañana. ¡En verdad duele! ¿Alguna remedio casero que me sugieran, mis amores?”, escribió el 29 de enero. Dos días después publicó: “¡Gracias! Todavía me duele, volveré al quiropráctico mañana”. Aún había fe, pero no hubo final feliz. Tenía 34 años, una hija de 7 y una carrera por delante.El 1 de febrero, la modelo Katie May entró al hospital por el insistente dolor en el cuello ocasionado tras una caída en su principal actividad de trabajo, el modelaje, una profesión aparentemente inofensiva. Pero las tragedias no avisan y a veces están a la vuelta de la esquina. Los médicos le diagnosticaron una arteria carótida bloqueada, que luego le provocó un derrame cerebral. La modelo cayó en coma y estuvo así durante cuatro días, hasta que su familia tomó la difícil decisión desconectarla de la máquina que le mantenía con vida. Ahora, a sus miles de fans (contaba con casi dos millones de seguidores en Instagram) les queda el recuerdo de sus sensuales fotos.Katie May siempre tuvo como prioridad educar a su hija, de quien se encargaba ella sola. Ahora, la pequeña de 7 años quedó huérfana, por lo que la familia de la modelo estadounidense ha creado una página para recibir donaciones."Cualquiera que haya tenido la suerte de conocer a Katie ha sido bendecido, ella tenía un increíble corazón, mente y espíritu. Fue una luz de inspiración y guía para tantas personas en este mundo. Por favor, ayúdennos donando dinero para ayudar a su hija y mejor amiga Mia", se lee en el mensaje publicado la página, que hasta el momento ha recaudado más de 13.000 dólares de los 100.000 que esperan recolectar.