Las pasiones que mueve el fútbol muchas veces terminan de la peor manera. Lo ocurrido en el partido entre Al Jahra y Khaitan rayó en la locura. Se jugaban los cuartos de final de la Copa del Príncipe de ese país, el partido estaba empatado 2 a 2 y en pleno tiempo suplementario el árbitro del partido decidió expulsar a un jugador del local. El jeque dueño del club local no tuvo mejor solución que bajar al campo de juego para increpar al juez. Los reclamos tuvieron respuesta, no menos alevosa, lo que llevó al jeque a utilizar su correa para castigar al juez del partido sin piedad. El árbitro se defendió como pudo y los agentes de seguridad calmaron momentáneamente la situación. La reacción del jeque desencadenó el desastre. El equipo visitante anotó el gol del triunfo cuando faltaban dos minutos y todo fue caos. Los jugadores de ambos equipos se enfrentaron en una tremenda batalla campal. Jugadores de ambos bandos se atacaron y agredieron a los jueces. A medida que avanza, la secuencia se pone cada vez más violenta. En pleno enfrentamiento, el jeque vuelve a escena para tratar de agredir al cuarteto arbitral que se ve superado en número y condiciones. Sin embargo, logran defenderse de los ataques de lado y lado. Por ahora no se conocen las sanciones que impondrá la federación de Kuawait por los graves incidentes.