Una de las primeras frases que dijo Giffords fue para pedir tostadas para el desayuno, como explicó el portavoz. Para los expertos médicos es algo destacable porque indica que conserva su capacidad para comunicarse.  La congresista, de 40 años, se recupera en un centro de rehabilitación de Texas de la lesión cerebral severa que le provocó la herida de bala que recibió durante un acto con votantes.  Su ayudante indicó que está "trabajando muy duro" y dijo que "no dejará que esto le gane la batalla".