NO FUERON NADA FACILES las últimas tres semanas para el general Fernando Tapias, comandante de las Fuerzas Militares. Esta vez el desvelo no corrió por cuenta de los cruentos ataques de la subversión sino del acostumbrado 'relevo en la cúpula' que el comandante de las Fuerzas Militares acuerda con el Ministro de Defensa y el jefe del Estado cuando su propia cabeza no está en juego como es, obviamente, el caso. En estos días Tapias tuvo a su cargo la difícil misión de conformar su nuevo equipo de colaboradores, lo cual suele ser una operación muy comlpeja en la medida en que los cambios de ben responder a necesidades estratégicas, profesionales y, también, políticas, en el buen sentido de la palabra. Eviden temente, y al igual que en una partida de ajedrez, en varios de esos movimientos el general Tapias se vio obligado a sacrificar algunos 'peones', que en el pasado fueron fichas claves. Algunos de estos salieron en virtud de las dudas existen tes sobre su actitud alrededor del respeto a los derechos hu manos.La tarea no sólo se limitó a conformar el nuevo equipo. La otra mitad del trabajo consistía en conciliar con el presidente Andrés Pastrana de esos cambios. Y cuando lograba poner por fin el tablero en orden, en más de una oportunidad el general Tapias salió del Palacio de Nariño rumbo a su oficina a trabajar en una nueva estrategia porque al Presidente no lo convencían del todo sus propuestas.Al fin el viernes pasado el general Tapias, el ministro Ramírez y el presidente Pastrana llegaron a un acuerdo. A pesar de que no hubo grandes cambios, los que se hicieron alcanzaron a desatar una leve tormenta en las Fuerzas Militares, éstos reflejan claramente cuál es la estrategia a seguir en el futuro próximo en el frente del fortalecimiento de las Fuerzas Militares y representan algunos ajustes en el Ejército que buscan dar una señal hacia afuera de promoción de una cultura de respeto a los derechos humanos.TIEMPOS DE EVERFIT En las filas no cayó nada bien el traslado del general Mario Fernando Roa Cuervo, quien se venía desempeñando como inspector general del Ejército. Ahora tendrá que alistar maletas para viaiar a Washington. donde ocupara el cargo de agregado militar.En el estamento militar la salida al exterior de un mayor general es la antesala del Everfit. Esa decisión presidencial fue interpretada como un cobro de cuentas por parte de Pastrana a raíz de la crisis de mayo, cuando ocurrió la renuncia del ministro de Defensa, Rodrigo Lloreda. En ese momento el general Roa fue el primero en poner su renuncia sobre la mesa en señal de protesta por la salida de Lloreda. Otros 17 altos oficiales hicieron lo mismo lo cual disgustó al alto gobierno, el cual sin duda vivió uno de los peores momentos en su primer año en la Casa de Nariño.SI VA BIEN, ¿PARA QUE CAMBIAR? En esta oportunidad el ajuste en las iuerzas Militares fue apenas un brochazo. En la cúpula apenas hubo leves temlores. El primero, el del jefe del Estado Mayor Conjunto, Rafael Hernández López, quien fue relevado de su cargo y dentro de unas semanas viajará a Europa a una de las embajadas colombianas para ocuparse de los menesteres de una agrgaduría militar. En reemplazo fue nombrado el mayor general de la FAC Alfonso Ordóñez Quintana. Quienes han seguido su trayectoria afirman que es no de los hombres más experimentados en opeciones aéreas. Sus colegas de la FAC lo consideran como uno de los piotos más brillantes y capaces que ha ido esa institución.El segundo corrió por cuenta del pector general de las Fuerzas Militares Hermófilo Rodríguez Romero. A este cargo llegará Víctor Julio Alvarez, en se venía desempeñando como comandante de la Primera División. Alvarez, quien también fue uno de los primeros en presentar su carta de renuncia en solidaridad con Lloreda, tendrá la misión de impulsar el tema de los derechos humanos. Se salvó de ser descabezado porque la cúpula insistió en mantenerlo en el servicio activo.En la Fuerza Aérea también se realizaron algunos ajustes. Los dos más importantes fueron el nombramiento del mayor general Jairo García Camargo como segundo comandante y jefe del Estado Mayor de la FAC. Quienes lo conocen afirman que es el oficial más experimentado en la planeación táctica del equipo de helicópteros. Ha participado en el diseño de la ofensiva aérea desplegada por las Fuerzas Militares en los últimos enfrentamientos contra la subversión. El otro cambio en esta fuerza corrió por cuenta del general Edgar Alfonso Lesmez, quien tenía a su cargo las operaciones aéreas y fue ascendido a inspector general de esa institución.En la Armada también se movieron algunas fichas. El principal cambio corrió por cuenta del contra almirante José William Porras, quien fue nombrado segundo comandante. Fueron descabezados tres vicealmirantes para ponerlo como segundo comandante por su expenencia en operaciones navales.Porras tendrá a su cargo la coordinación de las operaciones fluviales, para las que se creó una brigada de infantería de Marina que viene operando desde hace algunos meses en interdicción de narcóticos, destrucción de laboratorios y operaciones antiguerrillas.Para comienzos de diciembre empezará a funcionar una fuerza de despliegue rápido que tendrá 5.000 hombres y apoyara las operaciones antiguerrillas más importantes. Para este cargo designaron al recién ascendido brigadier general Carlos Alberto Fracica Naranjo.Los movimientos estratégicos en las Fuerzas Militares estan encaminados a fortalecer tácticamente la guerra contra la subversión, pero sobre todo a apoyar al general Tapias en lo que ha venido haciendo en los últimos tiempos. El nombramiento de un general de la FAC como jefe del Estado Mayor Conjunto no busca otra cosa que darle un mayor juego a las operaciones aéreas, que en la lucha contra la subversión han arrojado excelentes resultados. La alta oficialidad tiene en claro que la guerra como está planteada en este momento sólo se puede ganar desde el aire. Y, al parecer, y a pesar de sus pequeños rencores como resultado del 'lloredazo', el Presidente parece convencido de lo mismo. Los hombres de Serrano LOS CAMBIOS que se efectuaron en la Policía dejaron una cosa en claro: el fortalecimiento del general Rosso José Serrano, quien a partir de diciembre inicia su sexto año como director de esa institución. El palo de esos ajustes corrió por cuenta del general Teodoro Campo. El presidente Andrés Pastrana y el ministro de Defensa, Luis Fernando Ramírez, decidieron mandar a Campo al extranjero para contrarrestarla división interna que había comenzado a generarse en esa institución.Otro de los cambios significativos es el del general Ismael Trujillo, quien venía desempeñándose como director de la Dijin y ahora pasará a ser director de la Policía Antinarcóticos. Trujillo desarrolló una brillante laboren la Dijin y fue pieza clave en la operación Milenio. Ahora tendrá la oportunidad de demostrar sus capacidades en uno de los cargos más importantes dentro de la Policia. Como directorde la Dijin fue nombrado Leonardo Gallego.Como inspector general fue nombrado Alfredo Salgado Méndez y en el cargo de director operativo Alfonso León Arellano. Los analistas afirman que setrató de un relevo que premia los éxitos del general Serrano y preparan su sucesión.