El martes anterior no fue el mejor día para la fiscal Marta Lucía Zamora. Primero porque le aceptaron la renuncia al cargo y dos porque durante el juicio del caso Colmenares donde ella acusa, la juez prácticamente la regañó por lo que denominó no “preparar los testigos”. Todo inició cuando el funcionario del cuerpo de bomberos Isaías Lizarazo no pudo leer una de sus declaraciones: el funcionario no llevaba sus gafas. Zamora quiso solucionar el impasse prestándole sus lentes, pero no le sirvieron. Luego lo hizo Jesús Albeiro Yepes, defensor de Jessy Quintero, pero Lizarazo tampoco pudo leer. Ante tamaña situación la Fiscalía solicitó que se aplazara la diligencia para que el testigo llevara sus anteojos. La escena molestó tanto a la juez, al punto que aseguró que quien estaba declarando era un adulto que sabía lo que hacía. Zamora, por su parte, se defendió diciendo que no tenía idea de que Lizarazo usara anteojos y que en el juicio contra Carlos Cárdenas, donde también declaró, nunca utilizó las gafas.