Cada vez que en Francia se emplea el término 'Lolita' la imagen más recurrente suele ser la de Vanessa Paradis. Nacida en 1972, de voluptuoso cuerpo y cara angelical, Vanessa comenzó a ganarse el favor de los medios de comunicación antes de cumplir los 15 años, cuando en cuestión de semanas su sencillo Joe Le Taxi se ubicó en el primer lugar del top ten musical de Francia. Como cantante fue una revelación, pues a su edad ya sabía equilibrar a la perfección la dulzura de su inocencia con la picardía de una adolescente en plena ebullición. Poco tiempo después corroboraría esta explosiva combinación en su estreno como actriz en Boda blanca, película en la que interpreta a una precoz colegiala que, valiéndose de su aparente fragilidad, envuelve a su maduro profesor de filosofía en un romance tan apasionado como tormentoso. Su actuación la hizo merecedora en 1990 del premio Cesar en la categoría de actriz revelación. Desde entonces han pasado 10 años y el prestigio de esta joven ha permanecido en la cartelera artística francesa sin perder su brillo. A pesar de que sus películas, en su mayoría comedias, no han tenido mayor repercusión por fuera del circuito local, hay quienes dicen que Vanessa es la única artista de la actualidad capaz de equiparar el mito de la inolvidable Brigitte Bardot. En primer lugar se le parece físicamente. Su cara posee el mismo encanto y aunque su cuerpo es mucho más estilizado que el de la voluptuosa B.B., sus proporciones son capaces de suscitar la misma sensualidad. Sin embargo, mientras la Bardot era un volcán en erupción, Vanessa ha basado su éxito en esa extraña y a la vez erótica fusión de niña y mujer. Un rasgo que han aprovechado los directores para hacerla aparecer siempre en sus películas como una 'niña fatal', trabajando al lado de figuras de la talla de Gerard Depardieu, Jeanne Moreau, Jean Reno, Jean-Paul Belmondo y Alain Delon.Pero si en el cine las cosas parecen estar saliéndole muy bien, en el campo del modelaje su situación es aún mejor. Su magnetismo sedujo a la casa de modas Channel, que en 1991 la contrató por una millonaria suma para que fuera la imagen exclusiva del perfume Coco. Algo similar le ocurrió en el plano romántico a Johnny Depp, el actor norteamericano que no tuvo reparo alguno en abandonar a la modelo Kate Moss por la deslumbrante rubia. Es precisamente gracias a Depp que Vanessa está a punto de estrenar una nueva faceta de su vida: la de mamá. En los círculos de la farándula se comenta que la futura paternidad ha transformado al pendenciero Depp, quien prometió no volver a hacer escándalos ni a consumir droga. Vanessa, por su parte, ha decidido apostar su futuro artístico a su nuevo personaje en la cinta 'La fille sur le pont', en la que interpreta a una mujer que sirve de blanco para un lanzador de cuchillos. Para equilibrar su imagen de seductora ingenua con el de una madura profesional la joven se cortó el cabello y perdió varios kilos con el ánimo de lograr el aspecto de una mujer atormentada. No obstante, pocos creen que Vanessa Paradis quiera dejar a un lado su designio como la sucesora de B.B. Al fin y al cabo una herencia como esa es suficiente para garantizarse un futuro sólido en las arenas movedizas del mundo del espectáculo.