Pero la guerra sucia no solo pasa en los países subdesarrollados. Donde más sucede es en Estados Unidos. La semana pasada acaba de presentarse una acusación comparable a las de Colombia. Karl Rove, el J.J Rendón de los Bush, acaba de lanzar el primer cañonazo para la campaña de Jeb Bush, que aspira a la Presidencia en 2016.  Como se anticipa que el tercero de esa dinastía se va a enfrentar a Hillary Clinton, soltó la siguiente perla: que Hillary Clinton no debe ser presidenta de los Estados Unidos pues tiene un grave daño cerebral.  Según él, tuvo una caída hace unos meses que la obligó a pasar 30 días en el hospital y tuvo que lucir unos anteojos negros enormes para ocultarle a la opinión pública los signos de ese derrame. La candidata ya negó todo y el hospital certificó que solo pasó tres días y no 30, y que no hubo ninguna consecuencia, pero el cuento de su deficiencia mental quedó en el aire.