La vida de la exguerrillera ‘Laura’ es muy diferente de aquella existencia oscura la que se sumía en aquellos días, cuando estaba bajo el mando de uno de los más peligrosos y criminales jefes que tuvieron las FARC: el ‘Boyaco’, el recaudador de dinero del frente 33, que operaba en el Catatumbo. Según la historia publicada por Noticias RPTV, ella esperaba muchas cosas de su jefe, pero jamás que algún día la mandara a fusilar sumariamente por cuenta de una lata de atún que se perdió en el economato de la célula guerrillera adonde la llevaron siendo una apenas una niña y del que solo pudo salir cuando fue detenida por las autoridades. La última vez que ‘Laura’ vio al ‘Boyaco’ fue hace cinco años. El cabecilla yacía tirado boca arriba en la ladera de una de las montañas santandereanas. Acababa de ser abatido por fuerzas del Ejército que en una operación envolvente, producto de labores de inteligencia, cazaron a este sujeto que sembraba el terror en esa zona del país en la que a punta de extorsiones, secuestros, robos y todo lo que se le terciara hacía su ‘santa voluntad’. Pero, un nutrido grupo de militares aerotransportados y por tierra le cayeron en la guarida al sanguinario jefe de las FARC. Quien, primero, resultó herido y, después, murió desangrado. Terminaban los días de un guerrillero a quien la vida de sus secuestrados le importaba tanto como la de uno de sus subalternos si se robaba una lata de atún. Por esas cosas de la guerrillera cayó en ese operativo. Arrepentida y presa del pánico, la subieron en un helicóptero para ponerla a disposición judicial. Pensó que la iban a torturar, a violar o que la iban a desaparecer. Pero nada de eso ocurrió. Las autoridades salvaguardaron su vida y le ayudaron para que se convirtiera en colaboradora. La Información que entregó le dio al Ejército la posibilidad de encontrar caletas llenas de dinero, armamentos, explosivos y elementos en general que utilizaba su frente para delinquir y, entre otras cosas, someter al miedo y el terror a los pobladores de su zona de influencia. Un lustro después, ‘Laura’ tiene una hija, convive con un profesor y no cambia su vida por nada. Sabe que su nueva vida fue un regalo que le dio la suerte y la ayuda sincera que le brindaron los militares a quienes también ella dio una mano.