Desde épocas inmemoriales los exploradores sueñan con descubrir nuevos territorios. Un equipo de científicos australianos ha hecho todo lo contrario: encontró que una isla llamada Sandy, que aparece en mapas mundiales cartográficos, y hasta en el programa Google Earth, en realidad no existe. Después de 25 días de navegación el equipo alcanzó el lugar indicado en el mapa, entre Australia y Nueva Caledonia, y solo vio océano. La curiosidad picó a los científicos cuando notaron que en donde debía estar Sandy se registraban 1.400 metros de profundidad, algo poco probable. “¿Cómo llegó a estar en los mapas? Simplemente no sabemos” dijo a la BBC Maria Seton, quien hizo parte de la investigación. Por su ubicación, el territorio pertenecería al gobierno francés, cuyos documentos no muestran ni rastro de la isla fantasma.