El escándalo por el presunto pago de comisiones a intermediarios españoles para la adjudicación de las obras del metro de Medellín salpicó la semana pasada a lo más granado del jet set de ese país. El juez Ismael Moreno, quien investiga las posibles irregularidades cometidas en esa negociación, citó para el próximo 29 de mayo a los comerciantes Alberto Cortina y Alberto Alcocer para que respondan por su conducta durante el proceso de adjudicación de la multimillonaria obra.Al parecer los 'Albertos', como se les conoce en el exclusivo mundo de la sociedad española y quienes estuvieron recientemente en Cartagena, habrían sido algunas de las personas que se beneficiaron con los 3.500 millones de pesetas (unos 28 millones de dólares) que habría cobrado el empresario Enrique Sarasola, amigo personal del ex presidente Felipe González, por haber intervenido como mediador para la adjudicación de las obras del metro de Medellín. Sarasola es conocido en Colombia porque, además de haber vivido en el país durante varios años, está casado con una hermana de Carlos Arturo Marulanda, ex ministro de Desarrollo del gobierno de Virgilio Barco y embajador de Colombia ante la Unión Europea.Los 'Albertos', por su parte, son muy mencionados en España, tanto por sus negocios como por sus escándalos sentimentales. Alberto Cortina saltó a las primeras páginas de los diarios y de las revistas del corazón españolas cuando, a finales de los 80, hizo pública su relación con Martha Chávarri, una de las mujeres más hermosas y elegantes de España. La relación fue comidilla nacional y puso fin a los matrimonios de Cortina con la millonaria banquera Alicia Koplowitz y de la Chávarri con Fernando Falcó, marqués de Cubas.De acuerdo con la información del diario El Mundo de Madrid, los 'Albertos' han sido citados a declarar porque el pasado 17 de abril Frutos Velasco Ibáñez antiguo técnico de una empresa de construcción perteneciente a ellos llamada Fomento de Construcciones y Contratas, manifestó ante el juez que los dos inversionistas le pidieron una vez su opinión sobre la posibilidad de que su compañía pudiera aspirar al contrato para la construcción del metro de Medellín. Velasco de acuerdo con su declaración ante el juez les habría aconsejado que crearan una unión temporal de empresas porque era un proyecto demasiado complejo para que lo manejara una sola compañía. A raíz de ese consejo, los directivos de Construcciones y Contratas se pusieron en marcha y contactaron otras empresas alemanas y españolas, hasta que finalmente se presentaron al concurso.El negocio se formalizó según la versión de El Mundo en un almuerzo en un restaurante de Madrid en mayo de 1983. A él habrían asistido representantes del metro de Medellín, el empresario Enrique Sarasola, un socio de éste y varios directivos de las empresas alemanas y españolas, que finalmente consiguieron el contrato. La Fiscalía de la Audiencia Nacional española pidió al juez que cite a declarar como imputado a Sarasola, pero el funcionario ha considerado oportuno citar antes a los 'Albertos' y a otros testigos.Esta citación viene a ser un nuevo vagón que le sale al famoso metro de Medellín, en espera de que el escándalo llegue a la parte colombiana. La obra parece revelarse no sólo como un motivo de orgullo para los paisas, sino como un gran foco de corrupción. Así lo demostraría el escandaloso sobrecosto de unos trabajos que empezaron en 655 millones de dólares y terminaron por valer, aún sin terminar, cerca de 2.000 millones de dólares.