El expresidente Andrés Pastrana volvió a criticar al presidente Iván Duque. Este martes, en sus redes sociales, le pidió que retirara la candidatura de Margarita Cabello, exministra de Justicia, a la Procuraduría. Pastrana señala que Duque debería tomar esta decisión "antes de que se enrede más el escándalo de Mancuso", en referencia al fracaso del Gobierno a la hora de pedir en extradición al exjefe paramilitar, que seguramente será enviado a Italia. Teniendo en cuenta que Cabello se desempeñaba como ministra de Justicia, la crítica de Pastrana apunta a la responsabilidad de la exfuncionaria en dicho trámite que, al final, no tuvo éxito.

La de Pastrana contra Duque no ha sido la única arremetida de expresidentes durante los últimos días. El domingo, el expresidente liberal César Gaviria volvió a cuestionar duramente al presidente Duque. En una entrevista con Yamid Amat, en "El Tiempo", el líder del Partido Liberal dijo: "Nos sorprende y fastidia que el Gobierno nos maltrate tanto". Incluso va más allá y señala: "No quiero hablar de la persecución de que hemos sido víctimas por este Gobierno". "Optaron por el camino de no darme ninguna información sobre la pandemia y todos los funcionarios gubernamentales suspendieron el trato conmigo. Están en su derecho de hacerlo, pero no entiendo para qué les sirve hacer eso. Que yo recuerde, no les hemos bloqueado sin razón ningún proyecto gubernamental. No he pedido ni me han dado cuota en ningún gobierno. Yo no hablo por mí, sino por el partido", dijo Gaviria. Las frases de Pastrana y Gaviria reflejan que la política es dinámica. El aliado, en un abrir y cerrar de ojos se puede convertir en crítico u opositor. Eso le viene ocurriendo al presidente Duque, que en los últimos meses perdió a tres aliados: los expresidentes Andrés Pastrana y Gaviria, y al exvicepresidente Germán Vargas Lleras, cada día más crítico de su Gobierno. Pastrana, cabeza más visible del Partido Conservador, ayudó políticamente en el triunfo de Duque en 2018. Su tono de molestia con el mandatario es cada vez más notorio. En el fondo, los azules se han sentido relegados en el Gobierno y la repartición de los cargos clave en el Estado.

El expresidente criticó el nombramiento del hijo del exparamilitar Jorge 40 en el Ministerio del Interior y dijo que eso ponía en entredicho los principios y la moral de la coalición con la que ganaron la Presidencia. El tono ha venido subiendo y esta semana afirmó que Duque cometía un error histórico al entregarse a los Char, por el apoyo brindado a la exministra Margarita Cabello a la Procuraduría.

Hoy Pastrana se siente relegado como líder, más aún cuando su partido está alineado con la Casa de Nariño. Quienes conocen al exmandatario dicen que se siente traicionado y dolido porque el presidente ha faltado a un supuesto pacto de caballeros establecido desde el comienzo del Gobierno. Por el lado de los liberales, el panorama no es muy distinto. César Gaviria, quien pidió el apoyo de su partido para el candidato del Centro Democrático en las presidenciales, aprovechó la reciente Convención Liberal para despacharse contra Duque. Gaviria pidió respeto a las Cortes en medio de la detención domiciliaria de Uribe, respaldó a la JEP, cuestionó el manejo del Gobierno a la pandemia y le reclamó a Duque la falta de representación.

Aunque en orillas políticas e ideológicas muy distintas, Gaviria siente lo mismo que Pastrana. Asegura que Duque no lo ha tratado bien a él ni al Partido Liberal. Evidentemente, el Gobierno ha excluido al liberalismo de la coalición y no tiene representación en el gabinete debido a la decisión inicial del presidente de cerrar las puertas a los partidos y a la mermelada.

En la mayoría de los países serios, los expresidentes pasan a uso de buen retiro, pero en Colombia eso no sucede y de ahí que Pastrana y Gaviria se atrincheren contra el mandatario, quien se ha abstenido de responder las críticas de sus exaliados. La situación no deja ser una paradoja, pues mientras que los expresidentes le lanzan dardos a Duque, sus partidos y bancadas se alinean con el Gobierno en temas como la elección de Margarita Cabello a la Procuraduría o la de Carlos Camargo en la Defensoría del Pueblo. Queda cada vez más claro que una cosa son las cabezas visibles de los expresidentes y otra la dinámica política que se da entre los congresistas y el Gobierno.

Por el lado del exvicepresidente Germán Vargas Lleras, hay matices. A finales del año pasado, Duque logró acercar al líder de Cambio Radical y pactaron el ingreso al gabinete por medio del ministro de Salud, Fernando Ruiz. Vargas Lleras asumió una labor de copiloto con el fin de ayudarle al presidente a mejorar su gobernabilidad y sacar adelante un ambicioso paquete de reformas en el Congreso. Sin embargo, nada de eso se ha visto y, en sus columnas dominicales en "El Tiempo", Vargas Lleras ha sido muy crítico frente a los pocos resultados legislativos del Gobierno. En un texto reciente advirtió que el tiempo se agota y que las reformas de fondo no se ven por ninguna parte.

Ha sido diplomático y no ha recurrido a los adjetivos, pero Vargas Lleras no se siente del todo contento con el rumbo de la Casa de Nariño. Por su parte, el presidente Duque ha destacado la actitud crítica pero propositiva de Vargas Lleras sin entrar en un contrapunteo con él.

Estos tres mosqueteros que han desenvainado sus armas a pesar de haber sido aliados es otro reflejo de la difícil gobernabilidad que ha tenido el presidente Duque. La apertura de su gabinete no ha sido total y, aunque la coalición da muestras de empezar a funcionar, las voces de Pastrana, Gaviria y Vargas Lleras no cambian el rumbo, pero hacen ruido. Expresidente Gaviria arremete contra Duque y anuncia respaldo a las Cortes | Videos Semana: