Sorprendido, por no decir indignado recibí el #913 de mi suscripción al ver que aparecía en su portada la foto de un sicópata fuera de serie y que la revista más profesional y más leída, se esté dejando contagiar por la cultura del amarillismo, como también lo escribe don Carlos Sepúlveda desde Caracas. Es muy triste tener que aceptar el hecho de que delincuentes de esa laya contribuyan tan negativamente a menguar más la tan pobre imagen de nuestro país en el mundo. Y que, como dice el padre Llano, estamos como estamos porque hacemos las que hacemos. Ricardo Rojas AnguloBogotá