Que las plataformas de internet paguen impuestos es un tema de altísima complejidad, que curiosamente despierta pasiones como si se tratara de un partido de fútbol. El paradigma de la libertad en internet hace que cualquier intervención del Estado sea tomada como “intromisión” y muchos sectores lo asocian a la protección de intereses particulares. Sin embargo, los gobiernos en todo el mundo están concentrados en encontrar fórmulas para poder encajar estas plataformas en legislaciones anacrónicas escritas en la era preinternet.En la reforma tributaria que presentó Mauricio Cárdenas, ministro de Hacienda, al Congreso hay un artículo que seguramente causará una gran polémica en el sector de la tecnología. Se trata del artículo 178 que contempla un “pago o abono” adicional a las empresas emisoras de tarjetas de crédito por “suministros de servicios audiovisuales (entre otros, de música, videos, películas y juegos de cualquier tipo, así como la radiodifusión de cualquier tipo de evento)”.El Gobierno encontró un mecanismo para que las plataformas (en este caso los usuarios) paguen un tributo al Estado. Durante meses, este modelo había sido debatido al interior del ministerio de Hacienda en conjunto con la DIAN, de hecho encontrar esta fórmula se había convertido en un dolor de cabeza para esta administración.El modelo funciona de la siguiente manera: Como servicios tipo Netflix se pagan mediante tarjetas de crédito, lo que plantea el Gobierno con este artículo es que haya una retención por parte del sistema financiero (en este caso los bancos) para que automáticamente el pago que envía el usuario no llegue en su totalidad a la cuenta de plataforma. Esto se conoce a nivel mundial como un impuesto a la transacción.Pongamos un ejemplo: la suscripción mensual a Netflix cuesta 22.900 pesos. Cuando el usuario hace el pago con su tarjeta de crédito, el banco transfiere este dinero a la plataforma; sí el artículo es aprobado un porcentaje (aún por definirse) de estos 22.900 pesos será retenido por el banco que tendrá que enviarle el recaudo a las arcas de la DIAN.De acuerdo con cifras que publicó el Departamento Nacional de Planeación (DNP) en el mes de mayo, Netflix en Colombia pasó de 45 mil suscriptores en 2011 a 535 mil en 2014. El dato lo convierte en el segundo país de Latinoamérica con mayor número de suscriptores por cada millón de habitantes, después de Chile.Pero los contenidos en video no fueron los únicos que quedaron con el posible gravamen. Servicios como la nube, temas de hosting y consumo de contenidos que sean pagados con tarjetas de crédito tendrían que pagar. Hasta el “suministro de enseñanza o entrenamiento a distancia”, como Open English, tendría que cancelar la retención propuesta por el Gobierno.InterrogantesEsta propuesta abre interrogantes. ¿Netflix aumentará el costo de las suscripciones para trasladarle este nuevo costo a los usuarios? Y, más importante aún, ¿este dinero será destinado por el Gobierno para qué? Expertos de la industria televisiva habían señalado que los tributos de estas plataformas ayudarían a los fondos públicos que sostienen los canales de televisión regional que hoy no pasan por sus mejores días. En caso de ser aprobado el artículo, todo quedará en manos de las plataformas como Netflix.Semana.com consultó con Sadi Conteras, experto en temas de regulación de la industria de la televisión, quien señaló que la industria de la televisión y la producción de contenidos nacional y regional está sufriendo en todos los países del mundo una recaída en sus ingresos por la entrada de OTT o servicios de video pagos, que recauda dinero por suscripciones o publicidad a los colombianos pero sin retornar, por dichos beneficios económicos, ningún tributo al Estado que explotan. Mientras la industria nacional y regional de audiovisuales tiene unas cargas tributarias grandes, entre esas la financiación de la tv y los contenidos públicos.“Lo ideal es nivelar cargas, razón por la cual este nuevo tributo a OTT de pago extranjeras debe también ser el principio para comenzar a bajar cargas tributarias a la industria nacional y darle así un equilibrio al negocio sin afectar los recaudos que financian la tv y contenidos públicos”, expresó Contreras.Los operadores de telecomunicaciones y los propios canales de televisión nacionales habían pedido que este tipo de impuestos fueran pagados por las grandes plataformas de internet que hasta ahora venían ganando por todas las puntas con su modelo de negocio internacional.El reto para los congresistas no es nada sencillo. Usualmente, cuando los gobiernos entran a regular temas de internet, muestran su desconocimiento del contexto y todo acaba en episodios como la infausta ‘Ley Lleras’, que terminó engavetada. Es claro que la regulación tiene que estar y debe equilibrar las cargas para que los nacionales compitan con las mismas condiciones que los extranjeros. No será una tarea sencilla.