SEMANA: Francia fue protagonista de varios episodios importantes para Colombia durante su gestión como embajador: la petición de liberar al guerrillero Rodrigo Granda, aceptar recibir al desmovilizado Isaza en París y gestionar la liberación de Íngrid Betancourt. ¿Por qué ese compromiso? JEAN-MICHEL MARLAUD: Mientras podamos contribuir a arreglar este conflicto, lo vamos a hacer. Sabemos que los narcotraficantes se interesan por el mercado europeo. Por eso no ayudamos con un espíritu desinteresado: la seguridad de Colombia es la seguridad de Francia. SEMANA: ¿Fue un error que el gobierno francés pidiera liberar a Rodrigo Granda? J.M.M.: No lo sé. Fue una decisión de Uribe liberar de manera unilateral a guerrilleros. Entonces Francia presidía el G8. Uribe pidió que hubiera una referencia a esta decisión y un llamado a las Farc para liberar secuestrados. Francia consideró que debía tratarse de personalidades representativas de la guerrilla, y así salió el nombre de Granda, que se fue a las montañas en vez de ser gestor de paz. No sé si fue un error, pero no se dieron los resultados esperados. SEMANA: ¿Las relaciones con Colombia se fortalecieron con el compromiso por liberar a Íngrid Betancourt? J.M.M.: El único aspecto positivo de su secuestro fue que los dos Presidentes tuvieron muchos contactos. SEMANA: ¿Qué tal el libro que Íngrid publicó? J.M.M.: Es muy comprensible que los secuestrados traten de explicar lo que han vivido. Para nosotros son testimonios valiosos. SEMANA: ¿En lo económico todo marchó bien? J.M.M.: Hoy Francia es el cuarto mayor inversionista en Colombia y el primer empleador extranjero. Además, hemos acompañado las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con Europa. SEMANA: ¿Y en lo cultural? J.M.M.: Cerca de 2.500 estudiantes colombianos estudian en Francia, cuando hace tres años eran solo 1.600. También mejoramos los intercambios entre la universidades francesas y colombianas. SEMANA: ¿Cómo ha sido la relación con Santos? J.M.M.: Arrancamos con un ritmo de intercambio fuerte. El presidente Sarkozy recibió a Santos cuando estaba en Europa y mandó al secretario de asuntos europeos a la posesión. SEMANA: Usted recorrió el país ¿Le aburre la diplomacia de oficina? J.M.M.: El trabajo de un diplomático está en la capital. Pero conocer un país tan diverso como Colombia encerrado en una oficina no es posible. He viajado desde San Andrés hasta Nariño y desde Chocó hasta Norte de Santander. SEMANA: ¿Le gustaría volver? J.M.M.: Sí. Cada vez que voy a un lugar en Colombia me hablan de otro más escondido que no conozco.