1) Busetas arrabaleras El primer problema con las busetas es que ocupan el lugar que no deben en la vía. A falta de un sistema de transporte público que contemple el funcionamiento armónico de vehículos públicos y privados, la invasión de carriles, la parada en cualquier lugar menos en los paraderos y demás atropellos, son la regla. A esto se le suma y lo motiva, como no, la cultura salvaje de algunos conductores.  Vea el informe completo en: Las 10 cosas más molestas de las busetas 2) Políticos, diplomáticos y demás ‘privilegiados’ Si el agua sucia ha de caer, que nos caiga a todos, sobre todo a los responsables. Pero como es normal lo que debería ser anormal, son los ‘padres de la patria’ y los emisarios de la alta diplomacia los privilegiados que gozan de autopistas sobre los trancotes, parqueaderos omnipresentes y a veces, como el senador Eduardo Merlano, inmunidad para acatar la Ley.  3) Vías peatonales inapropiadas o inexistentes Una solución a las crisis de movilidad podría ser incentivar el uso de alternativas, como caminar para las distancias cortas. Sin embargo, en ocasiones el entusiasta peatón se encuentra por ejemplo con andenes donde cabe de a un pie y solo se logra avanzar en ‘pica pala’. Si no es así, igual, puede ser víctima de un accidente en los cruces de calles, pues la prioridad ha de ser siempre del más fuerte.  4) El uso irracional del carro particular Tal vez este sea uno de los focos del problema. Resulta absurdo utilizar el carro particular para cubrir algunas distancias demasiado cortas, y cuando es preciso sacarlo, se antoja inexplicable ver la cantidad de vehículos ocupados por una sola persona en plena hora pico. El uso del carro particular debería ser más racional, más medido.  5) Contaminación y ‘smog’ En la movilidad, todo sería un poco menos traumático sin la tremenda contaminación que producen los motorizados. Aunque no se ve, los automóviles modernos emiten suficientes elementos dañinos, y ni hablar por supuesto de los buses que dejan tras su paso una gruesa estela de ‘smog’, la verdadera cortina de humo que muchas veces el peatón se ve forzado a injerir.  6) Motos asesinas Las motos, que son para muchos un arma cargada lista para matarse, son también una buena salida al caos vehicular, pues entre todo ese infierno, solo ellas logran escabullirse por entre las rendijas del tráfico y alcanzar a tiempo (cuando no se accidentan) su destino. Para el peatón, al bajarse del bus o al cruzar por una cebra, las motos pueden ser como una bala perdida, y para los demás carros, la víctima indeseada que por cualquier toquecito, involuntariamente provocado, puede caer.  7) Los ‘tombos’ bien ‘chupas’ El policía es un honorable protector de la ley y merecedor del respeto de la sociedad. El ‘tombo’, es el ampón malintencionado que mediante su investidura de autoridad y con la presencia de su uniforme hace uso del poder para beneficios personales sin importarle la institucionalidad que representa. Cuando entonces, es el tombo el encargado del tránsito, se le llama ‘chupa’, una especia absolutamente perjudicial para la movilidad.  8) Los ‘pitadores’ compulsivos.  Adrián Mendez ilustra la situación: “Los fotones de la luz amarilla no han terminado su recorrido hasta la retina y ya se escucha el primer pitazo, no del segundo o tercer carro, sino del que está de décimo que sabe bien que no alcanzará a pasar en este ciclo del semáforo”. Lo peor, es que de verdad, el pito no va a acelerar el tráfico y tampoco hará que todos anden mejor. Muy por el contrario, una pitada genera una reacción en cadena que termina por reventar en el caos. 9) Los atarbanes Una de las grandes razones del caos vehicular, y de la movilidad en general, que además no depende directamente de las autoridades, es la decencia, o mejor, la indecencia de la gran mayoría de los ciudadanos. Verdaderos atarbanes se encuentran a todo momento en las vías, en las ciclorrutas, en los andenes y dentro de los sistemas de transporte masivo, lo que hace mucho peor la experiencia.  10) Creer que uno tiene la solución Así como con la Selección Colombia, el caso Colmenares o cualquier situación política de coyuntura, con la movilidad en las ciudades todos creen tener la bendita solución. Si es así, ¿por qué no se lanzan a la alcaldía o al Consejo? Si les parece tan sencillo, ¿por qué no llaman al alcalde a quien la sapiencia de sus gobernados no le caería nada mal? Imagínelo. En el caso de Bogotá, se trata de administrar una empresa con ocho millones de empleados, otros tantos queriendo meterse, alguna mayoría bastante indecente y los más importantes queriendo hacerle la trampa. Esté tranquilo, usted no tiene la solución. Mejor dedíquese a ser un buen ciudadano y aportara mucho más al infierno de la movilidad.__________Vea también:Las 10 cosas más molestas de las busetasLas 10 cosas más chocantes de no ser bogotano y vivir en la capital Las 10 cosas más típicas de los espectáculos públicos masivosLas 10 cosas más jartas de las oficinasLas 10 peores cosas de los gimnasiosLos 10 productos ‘milagrosos’ que no hacen el milagroLas 10 cosas que uno nunca deja de hacer en Semana SantaLas 10 situaciones más incómodas en los ascensoresLas 10 cosas más aburridas de los domingosLas 10 peores cosas de ser practicante / pasanteLas 10 razones por las que los colombianos renuncian a su trabajoLas 10 ‘vueltas’ más jartasLas 10 excusas más insólitas que se le dan a un profesorLos 10 elementos típicos de las series de narcosLas 10 cosas más molestas de las redes socialesLos 10 momentos más gloriosos en la historia de la Selección Colombia