Un pequeño agricultor de lechuga en Cundinamarca, abre y cierra con una llave el baúl de su antiguo carro que soldó y dividió en dos partes para tenerlo como depósito y guardar los plaguicidas que combaten las enfermedades que afectan su cultivo. Esta historia de innovación se repite a lo largo del país y para los 48 auditores del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), encargados de certificar a los agricultores, esta es una buena práctica. ¿Por qué? Siga leyendo y se lo explicamos.En 2010, el ICA expidió una resolución que solicita a los productores certificar sus buenas prácticas agrícolas para poder exportar sus vegetales. Para otorgar estas certificaciones, la Subgerencia de Protección Vegetal del ICA tiene en cuenta varios factores.Uno de ellos es que el almacenamiento de los plaguicidas esté ubicado en una zona independiente a sus residencias. Además, los agricultores deben demostrar que sus productos están libres de enfermedades y que sean aptos para su consumo."Este sistema de certificación es versátil y propone soluciones que los agricultores pueden desarrollar. Y a nosotros nos interesa que se cumplan los requisitos y no nos fijamos en los medios que utilizan, aunque suelen ser muy innovadores", asegura José Roberto Galindo, director técnico de inocuidad e insumos agrícolas.Gracias al cuidado especial del ICA, los campesinos no solo han podido enviar sus productos a diferentes países del mundo, también se ha favorecido de manera directa la salud pública nacional gracias a la disminución de enfermedades transmitidas por alimentos (Etas), algo que se descarta con la certificación. Para el 31 de diciembre de 2017, la entidad había dado el aval a 871 predios, en 20 departamentos, para la producción primaria de frutas y hortalizas.Así se está avanzandoSi el aguacate hass ha sido bien recibido en Estados Unidos y la Unión Europea, quiere decir que hay un logro de sanidad. Y esto fue posible gracias a que las buenas prácticas empleadas por los agricultores pudieron cumplir con las exigencias de estos países para la aceptación de productos extranjeros. "Para el aguacate traemos personal capacitado de México que nos colabora con la investigación de enfermedades que puedan afectar este cultivo y prever futuros problemas", agrega John Jairo Alarcón, director de sanidad vegetal del ICA.Gracias a la inspección, vigilancia y control del instituto en los predios, se han podido erradicar otras enfermedades que afectan los cultivos en distintas zonas del país. Durante 2017 se erradicaron 55.000 plantas afectadas por el HLB, lo que permitió la reapertura del comercio de cítricos a Estados Unidos y Panamá. La meta para 2018 es la erradicación de 47.800 plantas afectadas por esta bacteria en los departamentos de la costa Caribe y Norte de Santander.Además, en compañía con Fedepalma, la institución trabaja para prevenir y controlar la enfermedad de la pudrición del cogollo, que causa grandes pérdidas económicas para los palmicultores. Otro de los logros que ha alcanzado la entidad es mantener al país libre de Fusarium RT4, enfermedad que afecta las plantaciones de plátano y banano.Las labores del ICA también han permitido la recuperación y reactivación de sembrados en zonas de alto impacto social y económico afectadas por el conflicto armado. La Serranía del Perijá y el Chocó –donde la institución trabaja con 14 municipios para repoblar el territorio con productos como el chontaduro y el coco–, son algunas de estas.*Subgerente de protección vegetal del ICA.