En el aeropuerto parisino de Charles de Gaulle hay una plaga de 50.000 conejos. Los animales viven en los terrenos aledaños a las pistas. Se comen los cables de las luces de iluminación y cavan madrigueras junto a los edificios. Once empleados están dedicados a evitar que se acerquen a las pistas. La administración del aeropuerto no ha considerado el uso de químicos para disminuir los conejos porque una acción de esas podría afectar la fauna de la región.