En la iglesia de San Claudio, de la española ciudad de León, el sacristán ya no tiene que preocuparse de que le roben los donativos de los fieles porque ya está en funcionamiento el limosnero cibernético _una máquina similar a los cajeros automáticos_, que recibe los diezmos de quienes hayan olvidado llevar efectivo a la misa. Según el padre Mario González el aparato no reemplazará al tradicional cepillo, pero mejorará los recaudos: "Es una forma de mantenerse a tono con los tiempos", dice. La Conferencia Episcopal Española aún no ha emitido concepto alguno.