El pasado 2 de julio, cerca de las 11 p. m., en Picadilly, la conocida zona turística del centro de la capital británica, hubo fuego en una acera ocasionado por una explosión en una alcantarilla que espantó a quienes transitaban por el lugar. Un camión que descargaba mercancía donde ocurrió el incidente se salva por segundos, al moverse hacia adelante justo antes de que se iniciaran las llamas. El evento –cuyas imágenes acaban de difundirse– puede parecer extraordinario, pero no se trata de un episodio aislado. En los últimos meses, una serie de explosiones en el pavimento de algunas calles de Londres ha generado sorpresa y preocupación entre los residentes de la ciudad. “Dio susto presenciar lo que pasó. Las llamas no dejaban de salir. La gente entró en pánico, corrían y no sabían qué hacer”, dijo un testigo. El organismo encargado de los lineamientos de seguridad en el país, Health and Safety Executive, reveló que en el 2011 las llamas se vieron en nueve ocasiones. En el 2012, el número se triplicó y, en el 2013, hubo 49 explosiones. Ahora, en lo que va de este año, se han registrado más de 60 incidentes de este tipo. ¿Qué está pasando? El fuego comienza cuando gotas de agua entran en contacto con los cables expuestos bajo las alcantarillas. Una chispa minúscula puede generar una gran explosión, particularmente cuando, además, se ha filtrado gas. Video: BBC Mundo La frecuencia de este tipo de incidentes ha aumentado en los últimos años por el incremento inusual de las lluvias, lo cual ha hecho que más líquido quede atrapado bajo las veredas por no poder drenarse adecuadamente. La empresa que provee de electricidad a la ciudad, UK Power Networks, explica qué opciones hay para controlar estos incidentes. “Una de las soluciones es utilizar arena que permita aislar a los cables, absorber el agua y privar de oxígeno a las llamas”, explicó un portavoz de la compañía. UK Power Networks tiene un presupuesto de US$16 millones que invertirá en los próximos ocho años en el mantenimiento de las redes eléctricas que se encuentran bajo las acercas de Londres. Pero solo dos equipos especializados en este trabajo se dedican a inspeccionar las conexiones escondidas bajo las 100.000 alcantarillas que hay en el pavimento de la ciudad. Así que, mientras se concreta el plan de reparación, peatones, conductores de vehículos y ciclistas estarán expuestos. Las explosiones pueden ocurrir en cualquier lugar y sin aviso, como ha quedado registrado en las imágenes captadas por cámaras de seguridad y en los videos de los transeúntes que presencian los incidentes.