La semana pasada un piquete de la Policía de Chocó se tomó la cárcel Anayancy de Quibdó. Se trata de una vieja edificación donde el nivel de hacinamiento llega al 260 % y las condiciones físicas son deprimentes. Allí, en las más duras condiciones de higiene y seguridad, los internos se ven obligados a construir sus propias camas de madera. El peligro los ronda, pues las redes eléctricas no tienen acometida y pasan muy cerca de estas camas. La toma de la Policía tenía un especial objetivo: desmantelar la red protagonizada por algunos internos que se dedicaban a extorsionar a los quibdoseños. Los investigadores tenían indicios claros de que buena parte de los casos extorsivos, que supuestamente eran endilgados a las bandas criminales, salían de esa cárcel.En efecto, los uniformados que hasta allí llegaron inspeccionaron celda por celda y encontraron lo que comúnmente confiscan en las cárceles: celulares, más de 60 armas blancas, droga y químicos para la fabricación de licor artesanal.Pero en algunas de las celdas los investigadores hallaron varios cuadernos con 22 listados con nombres y teléfonos perfectamente organizados. Era ni más ni menos que la lista de las víctimas que esta banda mantuvo azotadas por mucho tiempo y a quienes les exigían millonarias sumas con engaños de todo tipo.Esta operación, una de las primeras de este tipo en una cárcel chocoana, produjo un resultado eficaz: cinco personas serán procesadas por extorsión y esto se sumará a los procesos delictivos que los tienen tras las rejas. El Gaula de la Policía tiene las pruebas para no dejar duda de este acto criminal