Aún no es posible emitir un diagnóstico definitivo sobre la crisis económica actual. Numerosos analistas no han tenido otra opción que corregir sus proyecciones a la baja a medida que salen las cifras.

El 15,7% de caída en el PIB de Colombia en el segundo trimestre dejó con la boca abierta incluso a los más pesimistas. Ahora todos barajan sus cartas para determinar cuánto va a caer la actividad productiva nacional en todo el año.

Esta recesión tomó por sorpresa a muchos que tuvieron que poner en off sus líneas de producción y servicio. En el caso de esos sectores, la recuperación dependerá de qué tan profundo sea el choque en la demanda y qué tan rápido puedan encender el switch nuevamente.

Habrá unos que lo logren rápidamente y recuperen algo del terreno perdido, incluso este mismo año. Otros, por el contrario, nunca dejaron de trabajar y pudieron darse el lujo de crecer en medio de la pandemia, tras adaptarse a las nuevas condiciones para operar. De esos sectores y unidades productivas cabe esperar sorpresas gratas en los próximos meses.

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En las cifras del PIB se destaca lo que está ocurriendo con el agro y los sectores financiero e inmobiliario, que crecieron 4%, 1,6% y 2,3%, respectivamente, en el primer semestre.

En el caso de las unidades productivas específicas, es muy relevante lo que pasa en algunas tecnológicas; de hecho, la pandemia solo aceleró procesos previstos para los próximos dos o tres años.

Uno de los casos más destacados es el sector de la construcción. Según Pablo Echeverri, presidente de Constructora Capital, la cuarentena afectó fuertemente a su empresa, pues tuvieron que detener los trabajos. “Cuando llega la pandemia y se ordena el aislamiento, se frena la actividad de construcción. Esto implica impactos en dos frentes: construcción y comercialización”, explicó el empresario.

Aquí se destaca la coordinación con las autoridades, porque, de acuerdo con Echeverri, ese trabajo mancomunado permitió que la construcción se convirtiera en uno de los primeros sectores en reiniciar. Hoy trabajan prácticamente a 100% y sin problemas de salud en el contexto de las obras. “Trabajamos unas 6.000 personas y el nivel de contagio es de apenas 0,5% y todos los casos se han dado por fuera de la obra”, destaca.

Por el lado de las ventas, la tendencia ya es bastante positiva y allí también la política pública ha sido indispensable.

“El impacto en ventas en abril fue de una caída de 65%. En mayo logramos reducir ese impacto a 55%”, dijo. En junio lograron ya sobrecumplir las metas y dejaron registro de 103% en negocios cerrados y en julio ya el cumplimiento de metas fue de 118%.

“El balance de ventas entre enero y julio fue de 2.770 unidades, es decir, 93% de la meta para ese período. Si nos proyectamos para el final del año, es claro que podemos estar muy cerca de la meta que nos habíamos propuesto”, explicó el empresario. La decisión del Gobierno de fortalecer el plan de subsidios es parte de la fórmula del éxito.

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La construcción y el sector inmobiliario se han beneficiado de los incentivos del Gobierno para la compra de vivienda.

Impulso tecnológico

También vienen disparadas las empresas de tecnología, como el caso de Zemoga y Omnicon.

Eduardo Acosta, fundador de Omnicon, dice que no han parado de trabajar. Esa empresa ofrece consultoría de ingeniería para soluciones integrales de tecnología en el sector industrial. Durante la pandemia, por ejemplo, lograron un hito, al cerrar un negocio e implementar una solución para una planta petroquímica en California, Estados Unidos. Todo fue completamente virtual, sin presencia de sus expertos in situ.

Han desarrollado igualmente plantas en muchos sectores: una de procesamiento de salmón en Noruega, otra de pollos en la China, que procesa un millón de pollos diarios, un centro logístico para granos y alimentos en Corea del Sur y en una de las plantas de Lamborghini en Italia, así como una petroquímica en Abu Dabi. Por eso, este año, a pesar de la pandemia y el confinamiento, están esperando un crecimiento de doble dígito en sus ventas.

Algo similar pasa con Zemoga, una firma especializada en ofrecer servicios para el diseño y montaje de plataformas digitales.

Carlos Pardo, vicepresidente financiero de esta firma, explica que la pandemia no ha representado un obstáculo para el logro de sus metas. En efecto, desde antes de la cuarentena establecieron políticas de trabajo remoto. La firma está concentrada en tres sectores: retail y comercio electrónico, medios y entretenimiento y, finalmente, fintech.

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En su listado de clientes están firmas grandes de todos los sectores: Walmart, Sony, HBO y Bridgestone. Los planes de expansión no se han detenido: ya están en Bogotá, Medellín y Barranquilla y ahora el objetivo es Cali. Este año van a crecer a un ritmo de 35%.

El agro, la construcción, la venta de inmuebles y los sectores tecnológicos están ya dando frutos tempranos en la recuperación, no solo para la demanda local, sino también para las exportaciones. Como dicen popularmente, esos son “mangos bajitos” que pueden cambiar las perspectivas sobre lo que viene para los colombianos.