SEMANA: ¿Cuánto tardó la espera?ARMANDO VALBUENA WOURIYU: Cinco siglos. Poco después de 1492 nos arrebataron nuestro legítimo derecho a disponer de nuestra tierra y de sus riquezas.SEMANA: ¿Antes cómo era?A.V.W.: Antes de 1492, los indígenas wayuu les llevábamos la sal que produce nuestro territorio a otras tribus: los kogui, los kuankamos, los arhuacos y los arzarios, entre otros. Amistosamente les obsequiábamos la sal para la preparación de sus alimentos, pero llegó el hombre blanco y nos la quitó para sacarle provecho.SEMANA: ¿Se convirtió en un negocio?A.V.W.: Claro: la sal es la base de la alimentación del ser humano. Hubo épocas de prosperidad en que las Salinas de Manaure llegaron a producir 1.100.000 toneladas cada año cuando el consumo promedio del país es de 850.000 toneladas.SEMANA: ¿Hoy cuántas producen?A.V.W.: 220.000 toneladas.SEMANA: Entonces, ¿por qué asumir una empresa en declive?A.V.W.: Porque ancestralmente nosotros, los indígenas wayuu, siempre hemos peleado por la propiedad y administración de nuestras riquezas: el gas, el carbón y la sal. Ya la ley nos dio la razón en el caso de las Salinas. Y eso lo vamos a hacer con toda la buena energía, que va a estar por encima de las dificultades.SEMANA: Es la primera vez que un indígena llega a tan alta posición en la administración de una empresa. ¿Cómo va a trabajar?A.V.W.: No soy un solo indígena. Somos toda una comunidad que por primera vez maneja sus propios recursos. Y aclaro que hay una percepción equivocada en creer que los indígenas sólo miramos al pasado. Por el contrario, siempre vemos el futuro. En ese sentido, los indígenas vamos a ser modernos, ejecutivos y eficientes.SEMANA: ¿Cuál es su meta?A.V.W.: Nuestro objetivo es producir más de 1.000.000 de toneladas anuales. Aquí nadie se va a lucrar individualmente sino que vamos a demostrar que la riqueza puede y debe ser distribuida equitativamente entre toda la sociedad.