Luis Carlos Sarmiento Angulo ha sido un trabajador incansable. No de otra forma podría haber conformado el conglomerado de empresas que abarca desde banca, construcción, agroindustria, infraestructura, energía y hotelería hasta medios de comunicación. Ha mostrado que tiene una especie de varita mágica para hacer buenos negocios. Detecta dónde están las oportunidades, las que tienen precios bajos y un potencial para valorizarse. Él mismo dice que es muy bueno para organizar empresas, y que ahí es donde ha ganado muy buena plata. Sus subalternos pueden trabajar con él toda la vida mientras sean leales y confiables. Él valora la experiencia y la lealtad como nadie. Sarmiento, ingeniero civil de la Universidad Nacional, no solo mira balances y hace cuentas de sus negocios. También le gustar retar su capacidad mental resolviendo sudokus, el juego japonés que ha sido su pasatiempo favorito. Con su tono amable y cálido, Luis Carlos Sarmiento no esquiva los temas de la actualidad nacional. Está obsesionado con mejorar la justicia en Colombia y en cuanto discurso pronuncia le dedica unas líneas al asunto. Aunque su hijo, Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, está al frente del Grupo Aval y de otros negocios, él sigue al pie cañón.