La victoria de Nicolás Maduro en Venezuela no fue una sorpresa, todo lo contrario. Era una elección anunciada, o por lo menos sentenciada. En la mañana de este 20 de mayo cuando fue a votar el presidente aseguró que ganaría con "votos o por balas". La contradicción era evidente, mientras fomentaba la participación democrática, advertía que de no lograr el resultado que esperaba habría violencia.La jornada electoral se extendió más de las 12 horas previstas. Cuando se cumplió el tiempo estimado, no se supo ciencia cierta cuándo se cerrarían totalmente los colegios electorales para empezar el escrutinio. Durante esa zona gris, la sombra del fraude opacaba las votaciones. Sin embargo, los resultados se conocieron de un tajo: Nicolás Maduro obtuvo 5.823.728 sufragios, que representan el 68 por ciento de las votaciones; Henri Falcón, principal candidato opositor, solo llegó a 1,8 millones de votos, el 21,2 por ciento.Lo que omitió Maduro en su discurso fue que esta fue una votación histórica en Venezuela. Pero no por el "récord" de votos con el que fue elegido, sino por la abstención. Más de la mitad de los venezolanos no fueron a las urnas. La abstención de 52 por ciento registrada es la más alta de la era democrática venezolana, que comenzó en 1958, según cifras oficiales.Al anunciar la victoria de Maduro, la jefa del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, proyectó que la participación cerrará en 48 por ciento. Hasta ahora la más baja había sido de 56,6%, en las votaciones de 2000, que enfrentaron al fallecido expresidente Hugo Chávez con el militar Francisco Arias Cárdenas. Tradicionalmente, Venezuela registra altos índices de afluencia en las presidenciales, superando incluso 90 por ciento en los primeros cuatro procesos tras la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1952-1958). Las últimas elecciones presidenciales previas, en las que Maduro se había medido al opositor Henrique Capriles, tuvieron una participación de 79,69 por ciento."Le dimos un nocaut a Falsón (...) razón tuvieron en ponerle "Henri Falsón", primera vez en la historia que un candidato desconoce los resultados sin que se hayan dado los resultados", dijo victorioso Maduro en medio de la celebración de su reelección. Y es que desde muy temprano las denuncias de fraude se hicieron públicas. "No reconocemos este proceso electoral como válido, como cierto, para nosotros no hubo elecciones. Hay que hacer nuevas elecciones en Venezuela", dijo Falcón en rueda de prensa, acusando al gobierno de coaccionar a los votantes.Falcón centró sus denuncias en los "puntos rojos", puestos callejeros del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) próximos a los centros electorales, donde se registra a votantes a través del "carnet de la patria", necesario para recibir beneficios sociales.El exgobernador denunció que en esos puntos se pagaba un bono a quienes participaron. Falcón se inscribió a contravía de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que llamó a la abstención en unos comicios que tcalificó de "fraudulentos".

"Es mentira lo que dice el candidato presidencial perdedor, de que el carnet de la patria tiene la culpa de su pérdida. No, no busque en el carnet de la patria la culpa de la derrota, búsquela en la campaña nefasta que hizo", reaccionó Maduro.

Las elecciones presidenciales de Venezuela no contaron con la participación de la Mesa de la Unidad Democrática, MUD, porque consideraron que eran ilegítimas y tal como ocurrió Maduro se iba a proclamar presidente hasta el 2025.Le recomendamos: Colombia y Venezuela: “una historia de amor y dolor”Ahora que tiene su puesto asegurado, Maduro convocó a una "gran jornada de diálogo nacional" -sin precisar cuándo- a la que invitó a sus rivales y a "todos los líderes de oposición". "Les propongo que nos reunamos, nos encontremos y hablemos de Venezuela, hablemos de ideas, de soluciones", señaló. Sin embargo, las soluciones que da la oposición no le han servido al mandatario, ellos solicitan por ejemplo que se liberen a los presos políticos y que haya comicios transparentes.El contraste entre las filas de gente que esperaban votar y por las cuales se postergó el cierre de las urnas, y las denuncias de baja afluencia de ciudadanos en los colegios electorales fue evidente. Incluso Falcón asegura que la participación no fue del 48 por ciento, sino que apenas sobrepasó el 30.Estados Unidos, la Unión Europea y varios países de Latinoamérica anunciaron que desconocerán los resultados de la votación, lo que anticipa que seguirá la presión internacional y las sanciones económicas. Maduro juró en su proclamación como presidente reelecto que no se dejará intimidar y que se compromete a sanear la economía y a perseguir las mafias.Se prevee que con Maduro en el poder seguirá la diáspora venezolana. En el exterior se seguirá entonando "Gloria al bravo pueblo" con el dolor del desarraigo, tal como lo hicieron los venezolanos en 120 ciudades de todo el mundo denunciando fraude mientras las urnas estaban abiertas aun.