Nuestra dignidad fue puesta en tela de juicio debido a que nuestros gobiernos, dejándose meter los dedos a la boca, entregaron parte de nuestra soberanía a cambio de una guerra inocua que no tenía razón de ser puesto que los muertos y la violencia siempre corrieron por cuenta nuestra, mientas en el país del norte, los cultivos se perfeccionaban y su hoja se comercializaba e industrializaba sin mayores contratiempos. Perdimos una época de bonanza con la marihuana, apenas empezamos a despertar del vergonzoso letargo de haber sido mansos borregos dejándonos conducir para llevarnos a las cortes estadounidenses con el engaño y la mentira de ser un país de traficantes marimberos, cuando ya existía una competencia desleal y desigual con varios países del mundo que empezaron a cultivarla con diferentes variedades y en forma tecnificada.  La realidad es que la marihuana, conocida también como cannabis, está siendo producida y agroindustrializada desde hace muchos años por los gringos como uno de los renglones de primera línea en generación de empleo y de usos medicinales, industriales y científicos. Los tiempos en que la marihuana era perseguida como el principal opio de la humanidad ya pasaron. Gracias a las investigaciones de varios científicos está ubicada entre las plantas con poderes curativos y agroindustriales, de donde se pueden extraer productos como el estrato y el tetrahidrocannabinol, entre otros, que son utilizados con formulaciones médicas o para usos industriales.  Los tan perseguidos y debatidos cultivo y consumo de la marihuana o cannabis, dadas sus virtudes medicinales y agroindustriales, se están convirtiendo en todo un instrumento de legalización para entrar desde luego en un proceso de consumo masivo puesto que tiene poderes curativos para varias enfermedades que comúnmente aquejan a la humanidad. Son varios los países que ya han pasado por este proceso, como es el caso de Uruguay, que entró de lleno en su legalización con todas las prerrogativas para cultivo, producción y consumo; su presidente Pepe, Mujica, ha sido uno de los más entusiastas promotores.   Holanda, Mexico, España y 20 Estados de Norteamérica han procedido de la misma forma puesto que los estudios están arrojando resultados que favorecen su comercialización; el estrato de cannabis, por ejemplo, es curativo en más de diez casos de enfermedades como: artritis, cáncer, diabetes, fibromialgia, esclerosos múltiple y parkinson, entre otras. Fuera de lo anterior, son muchos los testimonios de médicos y científicos que dan fe de haber sumado experiencias con pacientes para la cura de otras enfermedades, pero que aún no disponen de los protocolos establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para hacerlos públicos. Existen datos más sorprendentes: son los testimonios de varias personas que aseguran que al consumir el jarabe de cannabis o marihuana, sienten alivio a sus dolencias musculares, y al cansancio en general, sin que esto signifique que están bajo los estados de la dependencia. Está por comprobarse también que puede ser curativa en personas que padecen ataques epilépticos: es el caso de un niño de ocho años de edad cuyas convulsiones han mermado ostensiblemente al tomar cannabis. También existen testimonios de personas alcoholizadas que al consumir la marihuana han logrado superar la fase de dependencia del alcohol. En Estados Unidos se están adelantando estudios para casos de niños que padecen autismo, todo indica que con el consumo del jarabe de cannabis o marihuana se obtiene un poder de concentración muy superior; también existen casos de varios niños con problemas de leucemia que al consumir marihuana han experimentado mejoría. En términos generales son infinitos los testimonios de personas que al consumir la marihuana en hoja o en jarabe experimentan mejoría en su bienestar de vida, sin que esto signifique que están bajo los efectos de la alucinación, que ha sido la idea que nos han vendido desde hace varias décadas.      Son cientos los científicos y médicos del mundo que están pidiendo a gritos que se despenalice y se legalice con el fin de emprender procesos de desarrollo que indudablemente generarían miles de empleos directos e indirectos. Actualmente los países que han emprendido el proceso de legalización para cultivo, consumo e industrialización de la marihuana para usos medicinales y agroindustriales, culpan a los Estados Unidos por haber estado engañando al mundo sobre los desastres que puede causar su consumo en la salud de las personas, asegurando que es menos dañino que el consumo del alcohol como la afirmó el mismo presidente Obama en reciente conferencia.  En Colombia, por las décadas de los años 50 y 60, el cultivo de marihuana fue considerado un delito tan grave, que llegó a tener estatus similar al de la producción y la comercialización de cocaína en las épocas de Pablo Escobar. La principal bonanza fue en el departamento de La Guajira, donde se desarrollaron carteles tan poderosos que llegaron a dominar la economía de la región. Ya que en nuestro país se tiene un proyecto de ley para su legalización en usos medicinales que hace curso en el Congreso de la República, bien valdría la pena que se iniciara una serie de charlas y conferencias sobre los efectos y las bondades de este cultivo que, siendo de gran importancia para la salud, ha permanecido por mucho tiempo bajo el manto del engaño y la mentira. urielos@telmex.net.co urielos@hotmail.es