El viernes pasado el Banco Santander de España y el Banco Central Hispano, considerados el primero y el tercero de la península ibérica respectivamente por volumen de activos, anunciaron que se fusionarían. La entidad conjunta controlará el 18 por ciento del mercado bancario de ese país, un 8 por ciento más que la cuota de mercado de su más cercano rival, el Banco Bilbao Vizcaya (BBV). En estas circunstancia los analistas especulan sobre una posible fusión entre el BBV y Argentaria (el cuarto mayor banco español) o el Banco Popular. Con esta operación, dos de los grandes bancos españoles se preparan a hacerle frente a la ola de competencia y consolidación que seguramente se desatará con la introducción de la moneda única en la Unión Europea.