No han sido unos meses fáciles para las más de 650 familias que prestan servicios turísticos en Caño Cristales. La llegada de la pandemia obligó a cerrar en marzo del año pasado este atractivo turístico del Parque Nacional Natural Serranía de La Macarena, que antes de 2020 recibía un promedio de 15.000 turistas al año.

La espera ha sido larga, pero por fin se anunció la reapertura del río de colores y ya hay un plan para recuperar la economía de la comunidad, que depende en gran medida del turismo. A través de actividades de promoción y divulgación se busca atraer 4.000 visitantes en 2021, una cifra inferior a la de años anteriores pero ambiciosa dadas las restricciones que se mantienen en el mundo.

Faber Ramos, coordinador del programa de ecoturismo de la dirección territorial Orinoquia de Parques Nacionales Naturales de Colombia, explica que esta reapertura ha conseguido que en menos de un mes todos los eslabones de la cadena productiva se reactiven y resalta la importancia de la dinámica que se ha construido en la región: “Caño Cristales representa la actividad de mucha gente que ha encontrado en el turismo una forma de vida y representa una posibilidad para las instituciones ambientales que están recuperando ecosistemas afectados por la deforestación”.

A través de actividades de promoción y divulgación se busca atraer 4.000 visitantes a Caño Cristales en 2021. | Foto: Faber Ramos

De acuerdo con Jairo Fandiño, guía turístico de Macarenia Travel, en La Macarena hay aproximadamente 26 agencias operadoras organizadas con otras veredas, en las que cerca de 650 familias prestan servicios turísticos debidamente organizados y formalizados. La articulación de la comunidad ha permitido la adaptación de senderos categorizados por capacidad: alta, media y baja, con el propósito de que personas de distintas edades y condiciones físicas puedan visitar Caño Cristales, y agrega que “también tenemos otros lugares espectaculares para visitar, como el mirador cristalito, la Laguna del Silencio o Caño Piedra”.

Miguel Torres, cofundador de Awake, una plataforma de turismo y conservación que conecta a viajeros con actores que protegen la diversidad en la región, explica que el lugar es ideal para los caminantes, tiene un paisaje ideal para tomar fotografías y ofrece una experiencia de turismo de naturaleza integral. Además, “ha podido reconstruirse después de vivir el conflicto armado, eso demuestra que la Serranía de la Macarena tiene el potencial de ser un gran destino para el mundo”.

La oferta de planes en la zona va mucho más allá de las caminatas por el río de colores. Los visitantes pueden conocer el Cañón del Río Güejar, un templo de agua, y recorrer montañas ideales para practicar deportes extremos como rafting o canotaje.

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