El problema del tráfico ilegal de personas ha sido un problema con birretes internacionales. La decisión más reciente que se ha tomado para frenar esa práctica fue impuesta por el presidente Juan Carlos Varela de Panamá, que decidió cerrar su frontera con Colombia.  El corredor ilegal en el que se convirtió el país para lograr el "sueño Americano" de miles de asiáticos, africanos y suramericanos, es tan evidente que desde que el vecino país cerró su frontera, cientos de migrantes ilegales quedaron atrapados en el Urabá antioqueño. Se armó una especie de tapón con consecuencias humanitarias.  De ahí la importancia del reciente golpe que propinó Migración Colombia contras las mafias dedicadas al tráfico ilegal de personas. En una investigación que duró cerca de seis meses, los sabuesos descubrieron cómo los extranjeros ilegales obtenían documentos que les permitían aparentar un tránsito regular por el país. En una operación que se llevó a cabo este jueves en el barrio Santander de Cali (Valle del Cauca), se desmanteló una sofisticada fábrica donde elaboraban cédulas falsas. Se ‘expedían‘ en promedio 1.000 documentos de identidad fraudulentos por mes, toda una ‘registraduría ilegal’.Como si eso no fuera suficiente, la fábrica tenía capacidad para producir otros documentos falsos como registros civiles, licencias de conducción y adulterar permisos de viaje. El trabajo investigativo que fue desarrollado por la Regional Occidente y el Grupo de Investigación Anti Trata y Tráfico de Personas de Migración Colombia, concluye que todos esos documentos falsos producidos en la fábrica iban dirigidos, principalmente, a redes delincuenciales dedicadas al tráfico de migrantes.Segú dijo Darío Daza, director regional occidente de Migración Colombia, a Semana.com, los paquetes VIP, que incluía documentación completa y hasta un pasaje en avión directo a México, variaba de acuerdo a la nacionalidad del migrante. “Un cubano puede pagar hasta 3.500 dólares por el trámite; ya a los que sólo pedían cédula les salía mucho más barato”, dijo el funcionario sobre el documento por el que pagaban hasta 400.000 pesos, un poco más de 100 dólares.  Esa tesis la argumentan porque un buen porcentaje de los 5.376 migrantes ilegales capturados este año, llevaba documentos falsos, que irónicamente intentaban hacer pasar como ciudadanos colombianos, pese a las evidentes diferencias en sus rasgos físicos y acento. "En los últimos meses, y gracias a que contamos con expertos en documentología y grafología, hemos logrado detectar a más de 160 extranjeros que pretendían salir del país con documentación falsa o adulterada”, explicó Christian Krüger Sarmiento, director general de Migración Colombia. Krüguer aclaró además que esos extranjeros, que fueron entregados a la Policía Nacional para su judicialización, ”fueron pieza clave dentro de esta investigación, la cual termina con la detención de un ciudadano colombiano y la incautación de más de mil cédulas colombianas". Se conoció que los extranjeros pagaban hasta 400.000 pesos por una cédula falsa, con la que después intentan acceder a documentos de viaje originales y así salir del país como ciudadanos colombianos. Durante la operación que permitió desmantelar la moderna fábrica, solo una persona fue detenida y se trata de un hombre de 52 años de edad, oriundo de Toro, un pequeño municipio ubicado al norte del Valle del Cauca. Quizás este golpe a las redes criminales que trafican con personas no le pondrá fin al problema del ‘hueco‘ colombiano, pero por ahora a los chinos, africanos o cubanos, que transitan ilegalmente por el país, les quedará más difícil hacerse a una cédula falsa.