La organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) estuvo dentro de varios restaurantes en Los Ángeles en donde encontró que servían animales cuando aun estaban vivos. Entre los animales que encontraron estaban pulpos, camarones y calamares a los que les quitaban sus extremidades y llos dejaban vivos por largo tiempo. PETA calificó este precedimiento como "cruel" ya que durante la preparación los cocineros no procuraban que los animales no sufrieran. Además, en muchas ocasiones los animales se servían vivos para generar una "nueva experiencia gastronomica" en la que se prolonga el dolor de las especies.