La compañía tendrá que pagar 4.300 millones de dólares tras el acuerdo al que llegó con el Departamento de Justicia de Estados Unidos.La sanción  corresponde a la manipulación de emisiones de vehículos diésel en Estados Unidos. La compañía reconoció que 40 empleados de sus marcas Audi y Volkswagen borraron miles de documentos para ocultar información sobre el caso. Hasta el momento el escándalo le ha costado a la compañía alemana pagar cerca de 22.000 millones de dólares, solo en el país del norte, a dueños de vehículos y a concesionarios. El fraude afectó a 11 millones de automóviles de los cuales 600.000 en Estados Unidos.