Al menos 17 estados en Brasil han registrado protestas por parte de simpatizantes del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, con más de 100 puntos de bloqueo en las carreteras por tercer día consecutivo desde la celebración de las elecciones que dieron la victoria al candidato de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva.

La Policía Federal de Carreteras (PRF) informó que cerca de 2.000 conductores han sido multados entre el lunes y la jornada de este miércoles por interrumpir el tráfico, ascendiendo el monto total a cerca de 18 millones de reales brasileños (unos 17.500.000.000 de pesos colombianos aproximadamente)

La PRF también precisó que, a las 6.30 horas del miércoles (hora local), los bloqueos ascendían a 167 en comparación con los 271 puntos registrados en la madrugada del martes, según ha recogido el diario ‘O Globo’.

Las protestas se suceden desde que el expresidente Lula se hizo con la victoria en las elecciones del domingo. Su rival, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se pronunció el martes tras más de 48 horas en silencio, sin hablar de su derrota y recalcando únicamente que cumpliría con la Constitución.

En su breve declaración, el líder de la ultraderecha brasileña rechazó a quienes le han tachado a lo largo de estos años de “antidemocrático” y aseguró haberse movido siempre “dentro de las cuatro líneas de la Constitución”.

Si bien calificó los bloqueos en las carreteras como una manifestación de la “indignación” y la “injusticia” por “cómo se dio el proceso electoral”, pidió que transcurrieran de manera “pacífica” para dejar claro que ellos no actúan como la izquierda, cuyos métodos “siempre perjudicaron a la población”.

Su discurso se produjo después de que los gobernadores de varios estados de Brasil decidieran el martes movilizar a la Policía Militar, que depende directamente de las regiones, ante la aparente inacción federal para eliminar los bloqueos de carreteras.

El juez de la Corte Suprema de Brasil, Alexandre de Moraes, avaló que las fuerzas de seguridad estatales pudiesen desplegarse para colaborar en las tareas que, teóricamente, le corresponden a la PRF, que depende del Gobierno central.

No hay fraude electoral, pero que Lula no debió participar: Hamilton Mourao

Por su parte, el todavía vicepresidente de Jair Bolsonaro, Hamilton Mourao, aseguró este miércoles que si bien no comparte con quienes afirman que hubo fraude en las pasadas elecciones de Brasil, también consideró que “uno de los jugadores”, en clara alusión al electo presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, no debió de haber participado.

“Nosotros estuvimos de acuerdo en participar en un juego con otro jugador que no debería de haber jugado. Si estuvimos de acuerdo no hay nada que reclamar”, señaló en una entrevista para el diario O Globo.

Partidarios del presidente brasileño Jair Bolsonaro participan en una protesta para pedir una intervención federal frente al comando del Ejército en Porto Alegre, Rio Grande do Sul, Brasil, el 2 de noviembre de 2022. (Foto por SILVIO ÁVILA / AFP) | Foto: AFP or licensors

Y añadió que “a partir de ahí no tiene sentido llorar más, perdimos el juego”.

En otro momento de esa conversación, Mourao, que en primera vuelta fue elegido senador, insistió en que si bien bajo su punto de vista no hubo fraude, tal y como han estado denunciando quienes desde el domingo están bloqueando algunas de las principales carreteras del país, sí hubo “un jugador que no debió de haber jugado”.

En ese sentido, subrayó que las protestas tendrían que haberse producido cuando “el jugador que no debería haber jugado” fue autorizado.

“Ahí deberían haber salido a las calles, pero no lo hicieron. Hay 58 millones de inconformes, pero aceptaron participar en el juego, así que tienen que calmarse”, aseguró.

Los aliados y los electores de Bolsonaro, que han salido a protestar por los resultados de las elecciones e incluso piden una intervención militar, sostienen que Lula da Silva no debería haber participado en las elecciones debido a unas sentencias por corrupción que después se comprobaron fraudulentas.

Sin embargo, la Corte Suprema de Brasil decidió ponerle en libertad y anular sus condenas en marzo de 2021, recuperando así sus derechos políticos, después de que considerara que el tribunal que le juzgó carecía de competencias y posteriormente evidenciar que existió parcialidad durante un proceso en el que el juez Sergio Moro, posterior ministro de Justicia de Bolsonaro, ejerció como una suerte de fiscal.

*Con información de Europa Press y AFP.