Juan Lorenzo Holmann Chamorro, quien fue director ejecutivo del diario nicaragüense La Prensa, habló desde la libertad; es uno de los 222 presos políticos que fueron despojados de su nacionalidad, y deportados por el régimen de Daniel Ortega, de Nicaragua a Estados Unidos.

Juan Lorenzo Holmann Chamorro: “Yo en mi mente tenía dos opciones: nos llevaban a los tribunales a leer algún tipo de sentencia o a la cárcel Modelo. Cuando ya pasamos el complejo judicial se me ocurrió una tercera opción. Por esa carretera se va a la cárcel o al aeropuerto”. | Foto: Imagen compartida por CPJ

La salida de la prisión

“Nos disponíamos a dormir cuando fueron llegando a las celdas y nos iban diciendo ‘quítate el uniforme y ponte esta ropa de civil’”. Chamorro había sido detenido el 14 de agosto de 2021, un día después de que la policía allanara las instalaciones de este periódico fundado hace casi un siglo.

“Nos llevaron a un área con celdas más grandes y en cada una fueron poniendo a unas 12 personas”. “Estábamos contentos de poder ver a los demás, de abrazarnos, de poder platicar”, porque en el complejo policial de El Chipote, donde él estaba encarcelado, “estaba prohibido comunicarse con las personas de otras celdas”.

“No sé qué hora era. Allí, en la celda, no sabías la hora; estuvimos un buen tiempo y finalmente nos llevaron a unos autobuses”.

“Yo iba en la segunda fila, pero en la primera no había nadie así que podía ver, vi pasar a mis primos”, la opositora exaspirante a la presidencia Cristiana Chamorro y su hermano, el exministro Pedro Joaquín Chamorro Barrios, que iban en otros vehículos.

“En el autobús no nos dejaban hablar, había un policía encapuchado con pasamontañas”.

“Yo en mi mente tenía dos opciones: nos llevaban a los tribunales a leer algún tipo de sentencia o a la cárcel Modelo. Cuando ya pasamos el complejo judicial se me ocurrió una tercera opción. Por esa carretera se va a la cárcel o al aeropuerto”.

La tercera fue la buena. “Dios nos ha oído y vamos al aeropuerto”.

La salida de Nicaragua

“Se subió al autobús un oficial con un sobre de manila y dijo: ‘Ustedes están siendo deportados, voy a pasarles una hoja que ustedes tienen que firmar aceptando las condiciones’”.

Se leía: “acepto ser enviado a Estados Unidos cumpliendo los requisitos de ley”. “Ahí nos dimos cuenta que estábamos siendo deportados”.

“Para mí es ser desterrado. Dicen que nos han quitado la nacionalidad cuando en nuestra Constitución se prohíbe”.

Viaje a Estados Unidos

Chamorrro viajó con otros 221 presos políticos hasta Washington, donde el gobierno de Joe Biden les ha garantizado ayuda médica y legal, además de un permiso humanitario que les permite vivir en el país al menos dos años.

Vino a buscarlo una de sus hijas con otros familiares, pero en Nicaragua se quedó su esposa, con la que espera poder reunirse en Estados Unidos, con la ayuda de Washington: “Los nicaragüenses tenemos que buscar puntos de encuentros que nos lleven a restablecer la democracia y formar una república”.

Cristiana Chamorro, Pedro Joaquin Chamorro y el gerente de La Prensa, Juan Lorenzo Holman Chamorro. Todos fueron enviados a Washington en la madrugada del jueves 9 de febrero. | Foto: Imagen La Prensa

“En cuanto a La Prensa, Anastasio Somoza y los sandinistas, en los años 80, quisieron terminar con el diario, y ahora viene Daniel Ortega y confisca, y, bueno, no sabes que figura legal usa para apropiarse de las instalaciones. Pero no pudo acallar a La Prensa. No pudo nadie y tampoco ellos”, dijo.

Lo que estaba prohibido

La lista de prohibiciones era interminable: nada de lectura, ni siquiera la Biblia, ni calendarios, ni comunicación alguna, cuenta Chamorro. También asegura que “últimamente, desde diciembre más o menos habían relajado las normas en cuanto a visitas, permitiendo una cada 15 y vestidos de civil”.

Ciudadanos nicaragüenses en Estados Unidos esperaron en el Aeropuerto Internacional Dulles en Dulles, Virginia, a los desterrados que veían de Nicaragua. | Foto: (Foto de ANDREW CABALLERO-REYNOLDS / AFP)

“Vamos a cumplir 97 años de lucha incansable por la libertad de expresión, por ser el faro de opinión de los nicaragüenses, por ser voz de los que no tienen voz (...) La Prensa sigue en pie y no se debe arrodillar”, reiteró.

En la cárcel, el gerente general del diario, de 56 años, perdió 18 kilos. Este viernes irá a una iglesia “a darle gracias a Dios” porque le “ha salvado la fe”.

Verá la vida con otros ojos. “Ahí adentro aprendí el verdadero valor de la libertad de expresión y aunque suene cliché, valoré aún más el amor por mi familia, el apego a la luz del sol, al aire y que allá donde estemos siempre hay alguien peor que nosotros”.

Con información de AFP