Al síndrome de La Habana se le conoce como un conjunto de signos y síntomas que afectaron la salud de personal diplomático de Estados Unidos y Canadá hacia finales del 2016. Sin embargo, y de acuerdo con las autoridades de EE. UU., en los últimos años sus miembros diplomáticos de otros países también se han visto afectados por el síndrome.

Los síntomas generalmente poseían un inicio repentino, pues el sujeto comenzaba de un momento a otro a escuchar extraños ruidos rechinantes que percibían como provenientes de una dirección específica. Algunos de los diplomáticos que afirmaron tener el síndrome de La Habana lo experimentaron como una presión, una vibración, o como una sensación comparable a conducir un automóvil con la ventanilla parcialmente baja.

La duración de estos ruidos oscilaba entre 20 segundos y 30 minutos, y siempre ocurría mientras los diplomáticos estaban en casa o en habitaciones de hotel. Sin embargo, otras personas cercanas, como familiares e invitados en habitaciones vecinas, afirmaron no haber escuchado nada.

En 2017, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, señaló que Cuba estaba llevando a cabo estos ataques contra su personal en la isla, razón por la cual EE. UU. redujo a mínimo su personal en la embajada cubana.

Posteriormente en 2018, la revista JAMA publicó un artículo en el cual asegura que los diplomáticos afectados por el síndrome de La Habana habían sufrido de algún tipo de lesión cerebral, aunque la publicación no fue capaz de identificar el origen de estos daños.

A pesar de que aún no hay un consenso ni una causa determinada sobre el cómo los cubanos habrían llevado a cabo este ataque, se estima que es a través de armas de microondas.

Afectación a la agenda de Kámala Harris

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kámala Harris, inició desde el viernes pasado su gira por el sudeste asiático con el fin de afianzar las relaciones internacionales en la región.

Todo en la agenda de Harris marchaba bien, hasta que el martes, cuando debía salir en un vuelo desde Singapur hasta Vietnam, varios periodistas que la acompañaban tuvieron que ser llevados de vuelta al hotel cuando iban en camino al aeropuerto, por la presencia de dolores repentinos.

A pesar de que Harris debía despegar a las cuatro de la tarde hora local del martes, el Air Force Two, el avión que traslada a la vicepresidenta, despegó de la base aérea Paya Lebar después de las siete de la noche.

Hasta el momento, la Casa Blanca no ha revelado quiénes han sido las víctimas del supuesto síndrome de La Habana que hizo retrasar el vuelo de Kámala Harris.

Posteriormente, el Departamento de Estado publicó un comunicado en el cual afirmaba que varios miembros del personal que acompaña a la vicepresidenta por su gira sufría de “un reporte de un posible incidente de salud anómalo en Hanoi”.

A pesar del incidente, la vicepresidenta decidió seguir con su visita diplomática a Hanoi, capital de Vietnam, con el fin de reforzar la presencia de EE. UU. en la zona que tiene una alta influencia de China.

Si bien aún no se tiene claro qué fue lo que afectó al personal de la vicepresidenta, el Washington Post dijo que las autoridades habían reportado dos casos relacionados con el síndrome de La Habana durante la semana pasada.

Con el fin de esclarecer los hechos relacionados con el síndrome, el jefe de la CIA, William Burns, reconoció a finales de julio que desde el primer día en el cargo comenzó a entrevistarse con víctimas de estos “incidentes”.

El funcionario prometió triplicar el personal médico que atiende a las víctimas de la CIA para reducir el tiempo de espera de un tratamiento de ocho semanas a dos. Según Burns, las víctimas preferidas del síndrome de La Habana suelen ser personal de inteligencia de la CIA que está alrededor de todo el mundo, o sus familiares.