La oficina abrió el sábado 9 de diciembre, en el pueblo minero de Tumeremo (estado Bolívar, fronterizo con el Esequibo), que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, decretó como una zona político-administrativa “provisional” para tratar los temas relacionados con el territorio que reclama.

Después de la celebración del controvertido referendo en Venezuela, con el que el 95 % de los votantes apoyó la inclusión del Esequibo como parte del territorio venezolano, Maduro anunció la creación de una autoridad única para la Guayana Esequiba, como bautizó ese territorio administrado por Guyana.

Es un paso previo a un eventual estado, cuya capital provisional es Tumeremo. El general Alexis Rodríguez Cabello, autoridad única designada para el Esequibo, acompañó la apertura de una oficina del Saime que “beneficiará a la población de Tumeremo y del Esequibo”, según un comunicado de la Gobernación de Bolívar difundido este domingo.

El mandatario venezolano crear ordenó crear la división PDVSA-Esequibo. | Foto: AFP

No está claro cómo sería el trámite para que cualquiera de los 125.000 habitantes del Esequibo, que tienen documento guyanés, tramiten la nacionalidad, sobre todo porque Tumeremo está al menos a 100 km de San Martín de Turumbán, la localidad venezolana más cercana limítrofe con el territorio en disputa.

“Hay personas que tenemos las cédulas vencidas, perdidas, robadas, extraviadas y deterioradas”, le dijo a la AFP María Graterol, una administradora de 52 años. “Gracias a Dios, eso (la oficina) es un hecho”, explicó.

En Tumeremo funcionará igualmente una “zona de defensa integral”, una división militar territorial, de la que no hay mayores detalles.

Mejoras para el pueblo

La región en disputa tiene una extensión de 160.000 km² ricos en petróleo y minerales, y es reclamada por Venezuela desde hace más de un siglo.

Caracas alega que el territorio le pertenece, como en 1777, cuando era colonia española, y apela al acuerdo de Ginebra, firmado en 1966, antes de la independencia de Guyana de Reino Unido, que sentaba bases para una solución negociada y anulaba un laudo de 1899.

Gráfico sobre la disputa entre Venezuela y Guyana por la región del Esequibo, rica en petróleo y oro. | Foto: AFP

Guyana defiende este laudo que establece sus límites actuales y le pide a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), cuya jurisdicción no reconoce Caracas, que lo ratifique. La disputa se reavivó tras los grandes descubrimientos de petróleo por parte de la Exxon Mobil, de los que Guyana ha dispuesto. Y desde entonces, el tono ha subido a un nivel que la comunidad internacional llamó a distender y evitar un conflicto armado.

La próxima reunión entre el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y su homólogo guyanés, Irfaan Ali, programada para llevarse a cabo en San Vicente y las Granadinas este 14 de diciembre, genera expectativas y miradas atentas, especialmente en medio de la disputa territorial que ha caracterizado las relaciones entre ambos países.

Más allá de esta cuestión territorial, la ciudadanía de Tumeremo, consciente de las complejidades geopolíticas, alberga la esperanza de que el diálogo entre los líderes pueda abrir nuevas puertas hacia mejoras significativas en la calidad de vida del pueblo.

La próxima reunión entre el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y su homólogo guyanés, Irfaan Ali, está programada para llevarse a cabo en San Vicente y las Granadinas este 14 de diciembre. | Foto: © Tomas Griger

Tumeremo, como tantas otras localidades en Venezuela, se enfrenta a desafíos económicos y servicios públicos precarios que afectan profundamente a sus residentes.

La perspectiva de una autoridad única y la posibilidad de medidas concertadas derivadas de la reunión presidencial suscitan la expectativa de cambios positivos que podrían contribuir a paliar las carencias que aquejan a la población local.

“Beneficios (...) para el pueblo”, señaló Robert Reyes, comerciante de 32 años. “Que se acabe la cuestión (de los cortes) de la luz, del agua, a las calles, ya que están más deterioradas. Que empiecen a meterle la mano”, dijo

El comerciante Luis Romero, de 62 años, por su parte, espera que todo desemboque “en producir empleo para la gente, en producir viviendas”.

*Con información de AFP.