John Goodman logró lo que toda persona sueña cuando inicia una dieta: cambiar su aspecto físico de forma radical, con el fin de tener un mejor estado de salud.
Woodman, quien le da la voz a Sully, personaje principal de la película animada de Pixar Monsters Inc, pesaba hace unos años 178 kilos. Sin embargo, en la alfombra negra del pasado domingo 18 de junio, de la versión 62 del festival de televisión de Montecarlo, el actor dejó ver su nuevo aspecto físico en medio del estreno de la tercera temporada de su exitosa serie de HBO The Righteous Gemstones.
Con 70 años de edad, Goodman comenzó su acondicionamiento físico en 2007, el cual incluye una rutina de ejercicio de seis días a la semana, donde debe dar entre diez mil y doce mil pasos por día, además de hacer bicicleta elíptica y una trotadora.
La estrella hollywoodense conoció un “plan de alimentación de estilo mediterráneo”, que se centra en consumir comida de calidad y de tener en el plato alimentos integrales y granos ricos en nutrientes, con énfasis en productos frescos; proteína magra, como pescado y pollo, así como, por supuesto, aceite de oliva, el cual es rico en antioxidantes.
Hoy, Goodman, con 70 años de edad, luce totalmente distinto e hizo alarde de su figura con un elegante vestido que lo hizo ver de la mejor manera en Montecarlo, robándose las miradas de los fotógrafos.
La dieta y la rutina extrema de Chris Pratt para bajar 36 kilos en 5 meses y medio
Chris Pratt, gran protagonista en las cintas de Guardianes de la Galaxia y en Jurassic World, quien en todas las filmaciones apareció con un cuerpo escultural y musculoso, no siempre fue como hoy desfila en las alfombras rojas de Hollywood, ni como se deja ver en sus videos de entrenamiento que publica en su cuenta oficial de Instagram.
Pratt llegó a pesar más de 100 kilos una década atrás y para entonces era tan irreconocible que su talento quedaba escondido entre todo su peso y los problemas de salud física y mental que esto conllevaba.
El mismo actor lo confesó en una entrevista con la revista MensHealth, a la que le confesó los graves problemas de depresión que sufría no solo a causa de su peso, sino por otras situaciones que estaba lidiando y que le generaban ansiedad de comer y mantener una vida sedentaria que cada vez se decantaba más en los kilos que tenía su cuerpo.
“Tenía 31 años y estaba fatigado y emocionalmente deprimido. Tenía serios problemas de salud que me estaban afectando”, añadió a la publicación.
Fue cuando se enteró de la cinta de Brad Pitt Moneyball que, sin pensarlo, inició un camino que lo llevaría a convertirse en uno de los hombres más sexis y deseados del planeta.
Se presentó al casting para el rol del beisbolista Scott Hatteberg y los directores estuvieron de acuerdo con que él tenía el talento suficiente para darle vida, sin embargo, tenía que perder peso rápidamente, pues era necesario que estuviera más delgado y con una imagen saludable para filmar la cinta.
Fueron 10 kilos perdidos en tres meses los que le dieron la posibilidad de estar en la cinta y, gracias al entrenamiento para bajar el peso, en ese lapsus de tiempo Hollywood empezó a ponerlo en el radar de futuras producciones.
Los videos en redes sociales de un Pratt con 18 kilos menos empezaron a cautivar hasta al más escéptico de los encargados de castings.
Así fue como llegó la oportunidad de protagonizar Guardianes de la galaxia, pero para este rol era necesario llevar su estado físico a otro nivel, por lo cual le dieron cinco meses y medio para perder más de 30 kilos.
“Cogieron el selfi de Zero Dark Thirty y dijeron que estaba demasiado gordo para Star-Lord y que cuánto tardaría en tener otro aspecto. Hice lo que tenía que hacer”, expresó Chris en su entrevista.
Pero, ¿cómo lo logró? Muy sencillo, llamando a dos de los mejores aliados a la hora de tener una figura de infarto en Hollywood: el entrenador fitness Duffy Gaver y el nutricionista Phil Goglia, quienes pusieron en regla (aún más) al actor con una dieta proteica en la que ingería proteínas como huevo, carnes rojas y blancas y lácteos bajos en grasas, dándoles prioridad a las verduras sobre los carbohidratos y aboliendo cualquier tipo de fritos.
Las frutas y los cereales integrales también entraron a hacer parte de la dieta y además de dejar todo tipo de azúcares, eliminar por completo el alcohol fue esencial, pues no solo le aportaba calorías malas, también le abría el apetito para comer alimentos poco saludables.