Octubre 22 de 2008. En el piso 23 del edificio Avianca, el primer rascacielos colombiano, abrió sus puertas al conocimiento y enaltecimiento esmeraldífero el Museo Internacional de la Esmeralda. Justo en pleno corazón de Bogotá se exhibe una colección de piedras gestadas en las entrañas de la tierra hace más de 60 millones de años y un túnel representativo de las cuatro principales minas del mundo, que los visitantes pueden recorrer.Su fundador, Alberto Sepúlveda, que creyó en este sueño, coleccionó por más de 30 años estos berilos de color verde intenso que hoy se muestran en vitrinas hexagonales, en honor a la forma natural de la esmeralda. La idea de abrir un museo que resaltara la importancia de una de las gemas preciosas más espectaculares del mundo, fue cobrando forma, y de la mano de su cofundadora, Rosa Rodríguez, y de un equipo humano que trabaja con esmero, dedicación y amor, este lugar se hizo realidad y ha crecido en la medida en que ha transmitido, a nacionales y extranjeros, la pasión y la magia que lo envuelven.Este espacio, además, cuenta con una boutique que muestra el arte hecho a mano por orfebres que elaboran hermosas obras engastadas en metales preciosos con incrustaciones de esmeraldas de alta calidad. El museo, entonces, es de gran importancia para la humanidad porque aporta conocimiento y transmite un legado digno de darse a conocer. Además, es el único con estas características y su valor es todavía mayor si se tiene en cuenta que guarda esmeraldas de la mejor calidad, por encima de las de Brasil, Zambia, Zimbabwe y Pakistán.Hoy, después de casi una década de haber abierto sus puertas, el museo continúa su misión de preservar, investigar y enaltecer la esmeralda colombiana. Actualmente expone en su recinto la obra Urpflanze de la artista Dominique Lacloche, inaugurada en el marco del año Colombia-Francia.*Publicista del Museo Internacional de la Esmeralda.