Detrás de cada objeto hay una historia, la cotidianidad está cargada de secretos. Esto es lo que se puede percibir en el proyecto los Museos de la Memoria. Allí un sombrero vueltiao no es sinónimo de parranda, pues era lo que usaba Ramón Donato para protegerse del sol sofocante de la tierra de donde fue desplazado y luego asesinado por paramilitares. Una botella de Listerine le sirvió a Beatriz Turbay la oportunidad para pedir auxilio mientras estaba secuestrada por el Ejército Popular de Liberación, EPL. Y el crucifijo de Rosario Quina le trae a la memoria una masacre de las Farc de la que fue testigo. El profesor Arturo Charria, politólogo y literato de la Universidad Javeriana, se preguntaba hace dos años qué podía hacer para que el conocimiento realmente llegara a sus estudiantes de décimo y once grado del colegio Los Nogales: “Entendí que necesitaba realizar actividades que fueran más significativas para los estudiantes, donde el centro fueran ellos y no el conocimiento". Por esa época Charria estaba leyendo Museo de la inocencia, una novela del turco Orhan Pamuk, que fue la fuente de inspiración de su proyecto: el protagonista está obsesionado por coleccionar objetos de su enamorada. Entonces, Charria ve el potencial de los objetos para narrar historias y decide crear un museo con la ayuda de sus estudiantes. Ellos tenían que encontrar una persona que hubiera sido víctima de la violencia, conocer detalles de su vida, del hecho de violencia, de lo que sucedió después, y hallar un objeto que atravesara esa historia. “A través de hacer memoria histórica los jóvenes se están convirtiendo en agentes de paz, al entender y contar a otros lo que sucedió,” explica. Una hamaca acompañó a Ulises por siete meses de secuestro. Era su lugar de descanso después de caminar por muchas horas y de soportar sesiones de torturas. Esta es la historia del tío de Daniel, un estudiante que presentará este relato en los Museos de la Memoria: “este proceso me ha ayudado a aprender a tener compasión, a sensibilizarse con el dolor de una víctima y a entender por qué el conflicto debe parar”. “Uno piensa que el conflicto no es con uno –dice Mateo, otro estudiante de Charria- y con el museo el conflicto se volvió algo más personal. Incluso, he sentido que aporto para que las historias de las víctimas sean más que cifras”. María de los Ángeles, una estudiante del colegio La Giralda siente lo mismo: es una forma de aprender pero también de involucrarnos. Los jóvenes no están enterados de lo que sucede en el país y al entender lo que pasa en Colombia podemos contribuir a la paz buscando soluciones desde nuestro entorno. El museo se hizo a través de los recursos del Centro Nacional de Memoria Histórica por una beca que se ganó el proyecto y por eso se pudo realizar en dos colegios. Se encontró que las historias de los jóvenes de Los Nogales eran de víctimas allegados a ellos y que habían caído en secuestro y extorsión a manos de la guerrilla, debido al capital económico de los padres de los estudiantes. En La Giralda –un colegio oficial del barrio Las cruces de Bogotá, que hace parte de la Asociación Alianza Educativa-, las historias era con otros tipos de violencia, como sexual, desplazamiento o robo, no provenían únicamente de la guerrilla, por lo que daban una dimensión más amplia del conflicto.   Para Charria se deben replantear las clases de Ciencias Sociales en las aulas y recuperar las clases de historia contemporánea de Colombia. Para él, además, la educación en el postconflicto es fundamental, debe ser el lugar para la promoción de una cultura de paz, de valores humanos como el diálogo, la tolerancia, respeto por el otro, y centrada hacia la memoria histórica, para que los jóvenes entiendan qué fue lo que pasó y por qué no debe repetirse. *Museos de la Memoria es un proyecto que se está replicando en Ecopetrol, que está en proceso de desarrollarse en el Colegio Jaime Garzón de Kennedy, un colegio que hace parte de la Asociación Alianza Educativa. Además, este trabajo fue postulado al Premio Compartir al Maestro 2016. Las piezas exhibidas en los Museos de la Memoria también pueden verse en: http://museosdelamemoria.com/esp/