La fuga de la excongresista Aida Merllano quedó en video y los detalles los ha contado a cuentagotas en decenas de declaraciones que ha rendido en la Corte Suprema de Justicia y ahora en el juzgado donde se adelanta el proceso contra su hija y el odontólogo Javier Cely. Merlano dijo que su fuga fue una “cosa de Dios”, al recordar lo que ocurrió en el consultorio de donde saltó.

La excongresista hizo un nuevo relato y repitió cómo se planeó la fuga que finalmente la llevó a Venezuela y donde permanece en calidad de prófuga para la justicia de Colombia. Dijo que un día antes alistó todos los elementos que utilizó en su salto a la clandestinidad y en medio de una consulta odontológica en el norte de Bogotá. Pero insiste en que le sorprende cómo se dieron las cosas en su “beneficio”, es decir, para concretar la fuga.

“Yo llegué al centro odontológico y pensaba fugarme, porque el grupo o la organización que se cuadró me dijo que debía tirarme del consultorio privado del doctor Mauricio. Cuando fui al baño y me siguió el señor dragoneante, entendí que por ahí no podía tirarme, porque él me podía ver; fue ahí que yo me despoje de todos los elementos que tenía conmigo, en el baño”, dijo la excongresista en su declaración.

En la crónica de su fuga, la excongresista explicó cómo tuvo que improvisar en algunos momentos, porque como estaban planeadas las cosas, la fuga no estaba garantizada. La “organización” que planeó el escape pensó en un consultorio, pero en la práctica y en el sitio, la situación cambió.

“Yo estaba pendiente de todos los movimientos que él (odontólogo) hacía y yo le pregunto qué va a hacer con eso y él me dice: esto es basura; le dije: tranquilo, la tomé y la boto, se la arrebate prácticamente de las manos y simulé que la iba a botar, pero lo que hice fue esconderla en mi camisa mientras él volteaba a otro lado y yo después saqué esa basura”, dijo Merlano.

La excongresista aseguró que cuando observó el sitio donde estaba planeada la fuga era imposible cumplir con esa ruta, de ahí que fue necesario improvisar a última hora, escoger el mismo consultorio donde la estaban atendiendo y escapar por una ventana donde apenas cupo su cabeza.

“Entonces empecé a mirar y me di cuenta de que este consultorio tenía vista hacia la calle, justo del lado del parqueadero, pero la ventana era muy angosta; yo presioné mi cabeza y entró, y dije: si entra mi cabeza, entra mi cuerpo, y fue cuando se me ocurrió que me iba a tirar por esa ventana. Probé la pata del consultorio y me di cuenta de que era muy fuerte”, señaló en su declaración la excongresista.

Como los planes cambiaron a último momento y las circunstancias se alinearon para su fuga, Merlano advirtió que se trató de una “cosa de Dios”, de una conclusión improvisada que la benefició, pues la fuga se cumplió y ella logró escapar de la justicia de Colombia, como finalmente lo conoció el país.

“En el primer descuido del odontólogo y mi familia saqué el bolsito y lo tiré por la ventana dónde dejé la tula antes de tirarme. Cogí la cuerda que ya venía preparada con un torniquete, se supone que yo debía utilizarlo del otro lado, pero yo sabía que el vigilante iba a llegar conmigo hasta ese cuarto y no había forma, porque me iba a ver”, dijo Merlano.

La excongresista declaró en el juicio que está por resolverse en los juzgados de Paloquemao en contra de su hija, además del odontólogo Javier Cely, de quien dijo no tuvo nada que ver en su fuga.